No es fácil encontrar los puntos débiles de un equipo que viaja en velocidad de crucero y que prácticamente roza la perfección día sí y día también. Así se podría definir al Barça de Hansi Flick, un conjunto sin apenas fisuras que maniataba sin piedad a todos sus rivales. O a casi todos.
Mónaco, Osasuna y la Real Sociedad pueden presumir de haber salido airosos y no sufrir una escabechina ante los azulgrana. Tres equipos inmersos en realidades distintas, pero que utilizaron el mismo antídoto para desnudar y poner en evidencia los puntos débiles de la maquinaria culé.
Ante ellos han llegado los tres únicos tropiezos del FC Barcelona esta temporada. Tres tropiezos que no han alterado el ecosistema de los de Flick, pero que han servido para dar pistas a los próximos equipos que se verán las caras con ellos.
El Barça no es un equipo imbatible. Ha mejorado de forma considerable en comparación con la última temporada, pero su plan no es perfecto y así lo demuestran sus compromisos ante los monegascos, navarros y vascos. Además, siempre con los mismos patrones.
Los puntos débiles
Para explicar las tres derrotas del Barça esta temporada habría que apuntar a varios factores que se han repetido en todos los partidos. Desde la presión asfixiante que han ejercido Mónaco, Osasuna y Real Sociedad hasta la desorganización en ataque fruto de la ausencia de Lamine Yamal.
A nadie se le escapa que el FC Barcelona no es una roca a nivel defensivo. Encaja goles fruto de los riesgos que asume sin balón y también ha quedado en evidencia las dificultades que le surgen en el momento en el que le realizan una presión asfixiante.
Y es que ese fue el comportamiento de los tres equipos que han logrado mandar a la lona a los de Flick. Una presión hombre a hombre cortocircuitando por completo la circulación de balón de los culés y robando en tres cuartos de campo para armar una jugada rápida.
Así generaron peligro Kubo o Bryan Zaragoza, pero la verdadera clave llegó en una situación que ni el Bayern ni el Real Madrid supieron aprovechar: la altura de la defensa azulgrana. Flick ha instalado la línea prácticamente en el centro del campo, factor que compromete mucho si uno de sus zagueros se despista. Hasta ahora ha salido cara la mayor parte de las veces dejando a los delanteros rivales en fuera de juego, pero no siempre es así.
La ausencia de Lamine
Otro de los factores que se ha repetido en las dos derrotas ligueras frente a Osasuna y Real Sociedad es la ausencia de Lamine Yamal. Es cierto que en El Sadar descansaron más futbolistas titulares, pero la figura del joven extremo español resulta totalmente condicionante en el fútbol del Barça.
Acostado en la banda derecha, Lamine es un quebradero de cabeza constante para sus rivales. Siempre encarando, regateando y nutriendo de balones a Lewandowski y Raphinha. Los tres se entienden a la perfección y con la ausencia de Yamal todo parece desordenarse. Se vio ante la Real, donde Lewandowski ni siquiera logró rematar y Raphinha no se encontró cómodo en ningún momento.
Tendrá que conseguir Flick mantener la dinámica sin su once tipo. Su misión es que los jugadores que se incorporen desde el banquillo y pasen de la rotación al once titular sepan plasmar las ideas del alemán.
Además, la última asignatura pendiente del Barça reside en saber jugar con el marcador en contra. Con el viento a favor no ha sufrido contratiempos, pero siempre se le ha complicado la faena cuando ha empezado perdiendo. Sí logró darle la vuelta a la tortilla ante Valencia y Rayo en el inicio de temporada, pero no ha sido así en el resto de duelos.