Reencontrado con su esencia defensiva, relanzado por el momento de Jan Oblak y la contundencia en ataque y reconfortado por cuatro victorias consecutivas, el Atlético de Madrid expone su cambio a la revisión del Metropolitano y del Alavés, el adversario al que recibe este sábado y al que ha ganado en todos los duelos, seis, en ese estadio, escenario del partido número 700 de Diego Simeone al frente del equipo.
Como cuando debutó, el 7 de enero de 2012, y como cuando dio el gran salto de nuevo hacia la elite, con ocho títulos, el equipo ha vuelto a sus trazos originales. Ha mirado a su pasado para impulsarse en el presente, cuando los resultados incidían en las dudas en torno al conjunto madrileño y el entrenador y cuando el Betis, hace apenas cinco partidos, lo zarandeó de manera grotesca para desatar la alerta definitiva en el técnico argentino.