Después de 74 minutos de frustración con el balón, un penalti transformado por Antoine Griezmann y una conexión definitiva entre Rodrigo de Paul y Alexander Sorloth, ya en el 86, obraron la remontada del Atlético de Madrid contra el Alavés, cuyo convincente y resistente ejercicio defensivo no fue suficiente para puntuar en el Metropolitano, aún un territorio inaccesible para él.
Hará mal el Atlético con conformarse con un triunfo así. Alejado de las expectativas y de su nivel desde hace semanas, casi desde el principio del curso, su regreso al origen ha sido más fortuito que real, dentro de un laberinto este sábado cuando debió proponer, crear y atacar contra un equipo cerrado, pero ganador al fin y al cabo. La victoria da tiempo para mejorar.