La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) realizó este lunes las votaciones para renovar su Asamblea General, un paso clave en la elección del nuevo presidente de la institución, prevista para el próximo 16 de diciembre. Este proceso, que abarca a 122 asambleístas elegidos y 19 presidentes de federaciones territoriales, buscaba poner fin a meses de incertidumbre y zozobra institucional.
"En la jornada de este 25 de noviembre, tanto en la sede de la RFEF en la Ciudad del Fútbol como en las distintas sedes habilitadas para ello en todo el territorio español, se han desarrollado las elecciones que determinan la composición de la Asamblea en todos sus estamentos", comunicó de madrugada la Federación.
Tras el recuento, que incluyó votos presenciales y por correo desde Las Rozas, se proclamaron de forma provisional los resultados de los comicios.
Entre los resultados destacaron sorpresas en algunas federaciones territoriales, en particular en Cataluña. Allí, el presidente Joan Soteras no logró imponer a sus candidatos. Finalmente, el Nàstic de Tarragona y el Olot ocuparán los escaños reservados para clubes catalanes, en un revés que favorece a Juanjo Isern, opositor a Soteras. Esto debilita aún más la posición del presidente de la Federación Catalana, quien incluso había considerado postularse como candidato a la presidencia de la RFEF pese a estar inmerso en problemas legales.
En Gipuzkoa, los clubes Real Unión y Amorebieta también sorprendieron al destacar por su independencia respecto a las directrices tradicionales de los presidentes autonómicos.
En el caso de los clubes de Primera División masculina, no hubo mayores sorpresas, con la elección de entidades como Villarreal CF, Valencia CF, UD Las Palmas, RCD Mallorca y Celta de Vigo, como los más votados.
Aunque el proceso transcurrió sin contratiempos formales, algunos critican la lentitud en el recuento de votos y las sospechas habituales de manipulación en los votos por correo. Este tipo de irregularidades alimentan el escepticismo en torno a la transparencia de la institución.
El foco ahora se centra en Pedro Rocha, presidente interino, quien espera una milagrosa resolución favorable de su recurso judicial para optar al cargo de manera definitiva. Si no lo consigue, los presidentes territoriales tendrán que consensuar un candidato, con nombres como Álvaro de Miguel, secretario general, ganando fuerza en caso de que no se logre un acuerdo interno. La incertidumbre sigue dominando el panorama a pocas semanas de la votación final.