Una leyenda del sevillismo se despide. Jesús Navas jugó este sábado 14 de diciembre su último partido en el Sánchez Pizjuán, el que precede al que disputará en ocho días contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu y que pondrá punto final a su carrera legendaria. El niño de ojos azules se retirará del fútbol profesional cuando acabe su contrato el último día del año.
Por todo esto, el Pizjuán brindó a su capitán el homenaje que merecía en una jornada así. El Sevilla recibía en casa al Celta, con motivo de la jornada 17 del campeonato de Liga, pero todo hincha sevillista que acudió al estadio lo hizo con más emoción por querer saborear cada momento final con la camiseta del equipo de uno de sus mitos modernos.
Nada más bajarse del autobús, a su llegada al estadio, Navas ya supo lo que le iba a esperar. Aclamado muy por encima del resto de jugadores, el lateral intentaba disimular las lágrimas colocándose los auriculares en sus oídos. Sería sólo el prólogo de una tarde repleta de sentimientos, a pesar de la tensión competitiva que obliga a todos tener el campeonato de Liga.
Fue preciosa la última vez que Navas saltó de corto al césped del Pizjuán. Junto a sus dos hijos, Jesús salió del túnel de vestuarios entre lágrimas, dándose un emotivo abrazo con su mujer y recibiendo el pasillo de los jugadores del Sevilla y del Celta. En el centro del campo esperaban sus títulos conquistados con el conjunto hispalense, gobernando las cuatro Europa League/UEFA al resto: dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España.
En uno de los fondos se desplegó una gigantesca pancarta en la que se leía "El orgullo de Nervión". El homenajeado estaba muy emocionado en el momento, con la afición cantando a voz viva el himno del Sevilla y vitoreando "Navas, Navas, Navas...". Los jugadores del Celta también se sumaron al homenaje con una camiseta roja en homenaje al internacional español, capitán junto al céltico y exsevillista Iago Aspas.
En un acto nada habitual, el capitán del Sevilla y titular, hizo el saque de honor junto a sus hijos antes de que los suyos hicieran el de verdad para empezar el partido, y en el exterior, la fachada del Pizjuán lucía con un rojo imponente y el '16' de Navas en sus paredes. Se va una leyenda del club andaluz.