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El Manchester City sigue empeñado en dejar escapar la Premier League a las primeras de cambio. El conjunto citizen ha vuelto a pinchar, esta vez ante el Everton en el Etihad Stadium. A pesar de que las cosas que pusieron de cara con el gol de Bernardo Silva, el empate de Ndiaye y el penalti fallado por Haaland terminaron por sentenciar al conjunto dirigido por Pep Guardiola, 1-1.

El Everton ha sido el último equipo en aprovecharse de la demoledora crisis de resultados que atraviesa el Manchester City. La capacidad de Guardiola de poder sacar adelante esta situación cada vez está más en entredicho. Son ya nueve derrotas, tres empates y sólo una victoria en los últimos trece partidos entre Premier League, Champions League y EFL Cup, una debacle sin precedentes para Guardiola que empieza a poner en seria tela de juicio la situación del técnico de Santpedor.

En el ecuador de la temporada, tras haber disputado las primeras 18 jornadas, los números del Manchester City son más de un equipo que pelea a regañadientes por meterse en Europa que los registros de un club que aspira a ganar la Premier League. El conjunto citizen es sexto con 28 puntos, a once puntos del Liverpool, líder con dos partidos menos; pero su posición en la tabla empeorará conforme los rivales disputen sus partidos pendientes.

En un encuentro que parecía perfecto para que el City volviera a ganar en liga, ante uno de los candidatos al descenso, los 'Sky Blues' tuvieron veinte buenos minutos que les sirvieron para adelantarse por medio de Bernardo Silva, pero en los que no sentenciaron. A este equipo la falta de confianza le ha quitado la regularidad y el colmillo de otras épocas, y en cuanto permitió que el Everton tuviera un hilo de vida lo pagó.



En su primer acercamiento serio del partido, el Everton encontró petróleo. Fue un centro errático desde el lateral que Manuel Akanji se comió por completo. La pelota llegó al segundo palo y Rico Lewis, que tenía que cubrir esa zona se quedó atrás, dejando a Iliman Ndiaye controlara y rematara a bote pronto, inutilizando a Stefan Ortega, que solo pudo ver la pelota dirigirse hacia lo que fue un golazo.

En la moneda sale siempre cruz

De nuevo, el nerviosismo y la ansiedad atizaron al City, que no respiró hasta que Mykolenko, en la segunda parte, derribó a Savinho dentro del área en un penalti clarísimo. El ucraniano, que ya tenía amarilla, tendría que haber sido expulsado por la entrada, pero el árbitro le perdonó y Haaland se dirigió a los once metros mientras Seamus Coleman le calentaba la cabeza y Jordan Pickford le sacaba la lengua.



La estrategia, que le valió a Coleman una amarilla, funcionó, porque Pickford adivinó la atención del noruego y le atajó la pena máxima. Sí marcó en el rechace Haaland, pero el tanto fue anulado por fuera de juego.



Pese al asalto final, el City se tuvo que conformar con un insípido que empate que les deja a un mundo del líder, el Liverpool. Son once puntos de diferencia con los 'Reds' y tres con la Champions League. Eso sí, los de Guardiola tienen dos partidos menos que el Liverpool y uno menos que el Nottingham Forest, que cierra la cuarta plaza.