Kike Salas, durante un partido con el Sevilla

Kike Salas, durante un partido con el Sevilla Europa Press

Fútbol

Los otros casos Kike Salas: las apuestas ilegales amañadas desde dentro salpican al fútbol cada vez con más frecuencia

Escándalos de apuestas entre futbolistas revelan redes de corrupción, con sanciones severas y desafíos para preservar la integridad del deporte.

Más información: La Policía cree que Kike Salas forzó 7 amarillas para que amigos y familiares ganaran 10.000€ con 30 apuestas

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El caso de Kike Salas, defensor del Sevilla FC, ha servido para destacar un problema creciente en el mundo del fútbol internacional cada vez más creciente: las apuestas deportivas amañadas.

Según la investigación policial, Kike Salas habría recibido siete tarjetas amarillas entre las jornadas 31 y 38 de la temporada 2023-24. Estas acciones habrían generado ganancias de 10.000 euros para su círculo cercano quienes realizaron alrededor de 30 apuestas en varios establecimientos de su localidad natal, Morón de la Frontera.

Las amonestaciones, en su mayoría, ocurrieron en los minutos finales de los partidos, lo que despertó las sospechas de las autoridades, más aún viendo que el historial del futbolista no encaja con el perfil de uno que recibe tal cantidad de amonestaciones.

El martes por la mañana, Salas fue trasladado a declarar en la comisaría local, donde se acogió a su derecho a no testificar. La Policía también clonó su teléfono móvil para analizar las comunicaciones con su entorno. Aunque el Sevilla FC ha manifestado su respeto por la presunción de inocencia del jugador, el caso podría tener graves consecuencias tanto penales como deportivas.

Aunque su situación ha generado titulares recientes, esta práctica no es nueva y ha involucrado a jugadores de alto perfil en ligas nacionales e internacionales, mostrando la magnitud de este fenómeno.

Los otros 'Salas'

Uno de los casos más sonados es el de Lucas Paquetá, jugador brasileño del West Ham, quien podría enfrentarse a una suspensión de hasta 10 años. Según las investigaciones, Paquetá habría participado en una trama para provocar tarjetas amarillas, lo que permitió a su entorno ganar hasta 118.000 euros.

En Italia, la trama conocida como 'caso Scommesse' también dejó una huella profunda en el fútbol. Sandro Tonali, actualmente en el Newcastle United, admitió haber realizado decenas de apuestas, algunas relacionadas con partidos de fútbol. Fue sancionado con 10 meses de inhabilitación y una multa de 20.000 euros.

Nicolò Fagioli, del Juventus, también fue sancionado durante siete meses tras reconocer su adicción al juego y aceptar un plan de rehabilitación.

Christian Pastina y Francesco Forte también enfrentaron severas sanciones en Italia, con dos años y nueve meses de inhabilitación, respectivamente. La investigación apunta a que estas apuestas ilegales afectaron la integridad de varios encuentros, demostrando la profundidad del problema en el fútbol italiano.

Inglaterra, un foco de casos

En la Premier League, uno de los ejemplos más impactantes fue el de Joey Barton. El exjugador admitió haber apostado en 1.260 partidos y fue suspendido por 13 meses. Su caso subrayó la extendida cultura de las apuestas en el fútbol inglés, donde muchos jugadores han enfrentado sanciones similares.

Ivan Toney, delantero del Brentford, fue sancionado con ocho meses de inhabilitación en 2023 tras incumplir las reglas de apuestas en 262 ocasiones. Este escándalo ocurrió durante el mejor momento de su carrera, siendo el tercer máximo goleador de la Premier League.

Kieran Trippier, por su parte, fue sancionado con 10 semanas de inhabilitación y una multa de 70.000 libras por compartir información privilegiada sobre su traspaso al Atlético de Madrid.

Las consecuencias de los amaños

Estos casos, junto con el reciente escándalo de Kike Salas, subrayan los serios riesgos que estas prácticas representan para el fútbol. Más allá de las sanciones deportivas y económicas, la integridad del deporte se ve gravemente comprometida.

Las apuestas amañadas erosionan la confianza de los aficionados y los patrocinadores, pilares fundamentales de la industria. El ‘caso Oikos’ en España también es un recordatorio de cómo estas tramas pueden extenderse más allá de los jugadores.

En esta investigación se descubrió que exfutbolistas como Raúl Bravo y Carlos Aranda organizaban apuestas ilegales, coordinando resultados y beneficiándose económicamente a través de familiares y amigos.

El impacto de las apuestas amañadas trasciende los estadios. Las autoridades deportivas y judiciales tienen el desafío de reforzar los mecanismos de control y prevención, así como de educar a los jugadores sobre los riesgos legales y éticos de estas prácticas.

Aunque el caso de Kike Salas está en investigación, su situación es un ejemplo más de cómo estas actividades continúan afectando al deporte a nivel global. El fútbol, como pasión mundial, merece salvaguardar su integridad. Cada caso descubierto es una oportunidad para aprender y avanzar hacia un deporte más justo y transparente.