Le salió redonda la visita a Alemania al Barça. En el partido más duro en lo que va de temporada, a excepción del empate ante el Atlético, sacó tres puntos con remontada incluida. Y sacó otro en Glasgow, donde el City empató ante el Celtic (3-3) y provoca que los azulgranas, de azul feo en Mönchengladbach, se vayan al doble duelo contra Guardiola con dos puntos de ventaja. [Narración y estadística: Borussia Mönchengladbach 1-2 Barcelona]
El Barça se va del Borussia Park con una victoria y con un empujón de ánimo. Porque la remontada bien vale para creer en este equipo que en partidos trampas o duros había sufrido más de lo debido. Como lo hizo en Alemania, donde se pasó 35 minutos perdiendo y sin apenas dar la sensación de que podía sacar algo positivo. Pero los cambios y una tendencia totalmente nueva cambió todo. Dos goles en diez minutos y un partido encarrilado para liderar el grupo.
El Barça remontó de forma muy meritoria pero conviene rescatar que el partido arrancó con una clamorosa mano de Piqué. El catalán, más tarde salvador con el gol de la victoria, hizo un penalti tan claro que es difícil explicar porque no se pitó y más cuando hay cinco árbitros en el césped. Se salvó Piqué y se salvó el Barça.
Se acordarán los culés de Hazard, que fue un dolor en todo el partido. El belga, que es hermano menor de Eden, el jugador del Chelsea, puso el 1-0 en una contra llevada a la perfección. Materializó una jugada que arrancó con un despiste de Busquets, que perdió el balón en el centro de campo. Dahoud enganchó el balón, corrió y se encontró en el segundo palo a Hazard. Éste solo tuvo que rematar a puerta vacía ante Ter Stegen, que volvía a casa y poco se le vio.
El Borussia estaba haciendo un partido serio, táctico, anulando todo el peligro que normalmente llevaba. Desquició por momentos a Luis Suárez, al que no se le vio en todo el partido. Tampoco apareció Neymar. Y, sin ellos dos además de Messi, el Barça ganó. Decir que ganó, a secas, podría llevar a equívocos. Porque fue una gran victoria por la forma en la que se produjo. Remontó en la segunda parte un encuentro muy duro y lo hizo con calma, sin atacar a loco. Utilizó la cabeza.
El partido lo maduró el Barça pero lo cambió Luis Enrique desde el banquillo. Le salió a la perfección sus cambios y el nuevo sistema. Primero quitó a un tímido Alcácer, que no aportó nada y prácticamente fue un aficionado más. En su lugar entró un Rafinha al alza. Después dio descanso a Rakitic, sacándole por Arda. Y sería éste movimiento clave. A los cinco minutos, el turco ya había marcado y había logrado cambiar todo. Su gol, a pase de Neymar, llegó escorado por la parte derecha del área, y el mérito reside en el gran zapatazo que sacó con el poco ángulo que tenía.
Un equipo que no había dado su mejor cara, tampoco la peor, cambió en minutos y se creyó que la victoria era osible. El empate, visto lo visto, era bueno, se salía vivo, pero el Mönchengladbach se había empequeñecido, se le había hecho largo el partido y muy grande la cita. Llegaron los nervios y más aún en la figura de su portero. Sommer, llamado a ser el sustituto de Ter Stegen en el equipo alemán, que cometió un fallo que acabó decidiendo el partido. Manos de mantequilla las del portero suizo que le costaron muy cara al Borussia. Fue un disparo fuerte, pero sin mucho peligro, de Luis Suárez. Sommer paró pero se le escapó el balón y ante una defensa dormida Piqué cogió el esférico, hizo un recorte y para dentro. Era el 1-2.
A partir de ahí, poco. Incluso pudo aumentar más la distancia con una vaselina preciosa de Arda, otra vez Arda, que picó el balón pero esta vez Sommer sí estuvo acertado. Tras eso quedaban 15 minutos en los que el Barça supo aguantar, prácticamente quemó las opciones alemanas y firmó una victoria importantístima, y más unida al empate sorpresa del City en Glasgow (3-3). Eso hace que los de Luis Enrique lleguen al doble duelo consecutivo con Guardiola con dos puntos más y con cinco más sobre el tercero, que es el Celtic. El pase lo tiene en la mano. Motivos para mantener una cierta tranquilidad de aquí hasta diciembre.