Febrero 2016. Claudio Ranieri: "Está siendo algo increíble. El espíritu de este equipo es fantástico, el mejor que he conocido en mi carrera. No creo que seamos favoritos al título pero ojalá se cumpla”.
Febrero 2017. Claudio Ranieri: "Hacen falta gladiadores. El equipo necesita más corazón, más deseo y más carácter. Debemos pelear hasta el final".
Dos trayectorias opuestas
Ha pasado sólo un año y un título de Premier League entre ambas declaraciones. El técnico italiano al que se querían dar las llaves de la ciudad ya ha tenido que salir a defender su valía. Su club está en los octavos de Champions League tras quedar primero de grupo, pero la dinámica no ha hecho más que empeorar. La suerte les acompañó con un sorteo amable a principios de la competición pero no fue tan benévolo con la eliminatoria: el Sevilla es el claro favorito para unos octavos entre un proyecto al alza y un campeón deprimido.
La competición europea ha visto lo mejor del cuadro inglés está temporada. Aún así, el contexto que rodea a este partido histórico para los ‘foxes’ es bastante tóxico. Peligra la permanencia en Premier del vigente campeón y aunque la eliminación en FA Cup a manos de un 3ª escuece, nadie se quita de la cabeza ese 17º puesto. Si comparamos dónde estaban hace un año y cómo habían conseguido superar un bache que les llevó al octavo puesto. Tras 25 jornadas el Leicester milagroso estaba 1º, un año después se asoma al descenso.
Sin la solidez que dio el título
La gesta del Leicester fue maravillosa e increíble. Un equipo con tantas carencias que supo cohesionarse a base de esfuerzo y aprovechar su momento. Por supuesto que necesitó individualidades, pero la inmensa mayoría de esos puntos se consiguieron a base de esfuerzo y trabajo grupal. Dentro de ese conjunto de piezas N’Golo Kanté era el pegamento que unía todo a base de recorrer kilómetros y barrer cada balón suelto, un jugador limitado pero que hace a la perfección su tarea.
Cuando el medio firmó con el Chelsea el sistema defensivo empezó a desquebrajarse. Los fichajes no han sabido llenar el vacío y sin esa individualidad se ha visto que jugadores como los centrales Huth y Morgan dominan ciertas facetas pero no son grandes jugadores en términos globales.
El juego interior del Sevilla con Nasri y, ahora, más reforzado con Jovetic, puede rasgar al cuadro inglés. La única esperanza que tiene Ranieri es que el flamante fichaje Wilfred Ndidi realice su primera gran exhibición. El Leicester buscará cerrar líneas pero el Sevilla de Sampaoli ha demostrado capacidad para abrir huecos, bien sea por dentro o por el puñal que es Escudero en izquierda (zona más débil de la defensa del Leicester).
Las estrellas que guiaron al título ya no brillan
Entre Jamie Vardy y Riyad Mahrez anotaron el 60% de los goles del Leicester campeón, la pareja más prolífica del campeonato inglés el año pasado. Actualmente sumando Premier y Champions sólo llevan 12 goles: 5 de Vardy y 7 de Mahrez, quien ha marcado más en cinco partidos de Champions que en 25 jornadas de Premier. El bajón colectivo les ha afectado pero individualmente han estado mal. Vardy ha perdido acierto en la finalización mientras que Mahrez ya no domina con sus regates. Ambos marcan menos, asisten menos y definen peor que hace un año.
Un equipo que necesita más ocasiones para anotar que hace doce meses. Un problema ejemplificado en la racha de Vardy: sólo ha marcado en uno de sus últimos 26 partidos con el club. En realidad es un buen reflejo del gran problema del Leicester: no está sabiendo imponer su plan de partido.
Los rivales se preparan mejor contra ellos y las dificultades para equilibrarse en el medio han cambiado a un equipo que antes corría mucho y pasaba poco (25 pases por cada disparo) y ahora necesita elaborar mucho más para crear peligro (35 p/tiro). Ese problema es el que ha penalizado a sus estrellas y también a algún fichaje importante como Mendy o Musa, casi sin protagonismo porque fueron llamados para un plan que ahora no se da.
La esperanza de los zorros
Avisaba Sampaoli que el Leicester “tiene dudas en liga pero están firmes en Champions” y es verdad. En Europa han dejado buenas actuaciones similares al plan del pasado: pocos goles, partidos que se resuelven en un chispazo y tres puntos.
Aún así, su grupo fue el más sencillo y sus problemas han ido a más desde entonces (desde el último partido de Champions sólo ha ganado 4 de 15 partidos) pero su plantilla tiene potencial para dañar a los hispalenses.
Si Ranieri consigue formar un bloque que defienda muy atrás y que potencie las virtudes de Huth y Morgan (colocación y juego aéreo) sus probabilidades de victoria crecerán. En las pocas veces que tengan la posesión deben encontrar los espacios para correr, de hecho no sería extraño ver a Musa de inicio para explotar esa vía. Con Slimani peleando balones por arriba y buscando que Mahrez pueda encontrar situaciones de uno contra uno obligando a los centrales del Sevilla a salir a banda.
Ranieri sabe que las opciones pasan por ser reactivo y jugar con muchas acciones individuales contra un Sevilla capacitado para complicar la vida a cualquiera. Necesitará del mejor Mahrez, de un gran Ndidi y de sus pilares atrás. El Sevilla puede y debe ganar, el Leicester tiene que mejorar y utilizar esta motivación que genera el himno de la Champions para levantarse en Premier. El sueño ya se hizo realidad pero la pesadilla del descenso también puede ser verídica.