El Leicester engulle el sueño de Champions del Sevilla
Morgan y Albrighton marcan los goles de la victoria para los Foxes (2-0). Nasri y Sampaoli fueron expulsados; Nzonzi falló el penalti que forzaba la prórroga.
14 marzo, 2017 23:21Noticias relacionadas
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Hace 15 días, en el Sánchez Pizjuán, el Sevilla pudo golear y acabar con la eliminatoria. De hecho, fue mejor, tuvo más ocasiones y dejó una buena imagen. Pero no lo hizo. Desaprovechó su oportunidad y lo ha pagado este martes de aquella manera. Sin brillo, sin ideas y desquiciado, con un jugador menos por la doble amarilla de Nasri y con Sampaoli expulsado. Fue, en resumen, un equipo irreconocible. Que tocó, que lo intentó, pero que se quedó a las puertas de los cuartos de final contra el Leicester, decimoquinto de la Premier League [Narración y estadísticas: 2-0].
Hace 15 días, también, el Sevilla llegó al partido tras deslumbrar en el arranque de este 2017 y el Leicester, por su parte, desnortado en la Premier League. Sin embargo, pasado ese tiempo, todo ha cambiado. El conjunto hispalense saltó al King Power Stadium tras dos empates (ante Alavés y Leganés respectivamente) y los Foxes, con Shakespeare como nuevo técnico, después de dos victorias (ambas por 3-1). Y bien que se notó la racha en la resolución de la eliminatoria.
Pero bien, contado lo básico, ¿qué falló? En el Sevilla, muchas cosas. La primera de ellas, Nasri. El francés, responsable de llevar la manija, se desquició desde el principio del partido. Tanto es así, que vio su primera amarilla por una entrada tonta en el centro del campo. Algo circunstancial si no hubiera sido porque en la segunda mitad, el centrocampista se encaró con Vardy y le pegó un cabezazo, lo que a la postre acabó con su expulsión a poco menos de 15 minutos para el final del encuentro. Pero eso no fue nada más que una de las muchas cosas que fallaron.
Poco importó que el Sevilla comenzara bien, que saltara al campo y dominara la pelota, o que buscara el balón y tuviera dos ocasiones nada más comenzar (dos disparos de Nasri y Sarabia que se encargó de parar Schmeichel). Como decimos, poco importó, porque tras esos primeros compases de dominio, apareció -tal y como se esperaba- el Leicester, ese equipo que hace un mes vagaba por la Premier League, pero que tras la destitución de Ranieri y el nombramiento de Shakespeare como nuevo entrenador, ha recuperado su mejor versión. Y así se mostró ante su público: luchador, correoso e incómodo, como era la temporada pasada. De ahí que metiera al equipo de Sampaoli en su campo y que, pasado el minuto 20, se adelantara en el marcador: Mahrez puso la pelota y Morgan la empujó dentro de la portería después del fallo de cuatro defensas. El primer error de la noche -si no se cuenta la defensa de tres con la que salió el Sevilla justo el día que debía conservar su ventaja-.
La situación, a pesar de todo, no era grave para el Sevilla. De hecho, suya fue la oportunidad más clara en el arranque de la segunda mitad: un disparo de Escudero desde 40 metros que pegó en la cruceta. Pero ya está. Porque un minuto después, por aquello de cumplir con aquello de “el que no mata lo acaba pagando”, el Leicester marcó el segundo. De nuevo, con un fallo de la zaga del Sevilla: Rami despeja mal y se la regala a Albrighton, éste controla con el pecho, la acomoda y le pega para hacer el segundo, el que le daría el pase al Leicester.
No obstante, el Sevilla todavía tenía tiempo por delante, pero no lo aprovechó. Ni con los cambios (entraron Jovetic, Mariano y Correa en la segunda mitad) ni con su juego. Primero, por las ya mencionadas expulsiones de Samapoli y de Nasri, y después por el fallo de Nzonzi, que erró desde el punto de penalti las pocas esperanzas que le quedaban al conjunto hispalense. Ese fue el final de una noche aciaga, la que acaba con la nube del Sevilla y permite volver a soñar al Leicester, un equipo de proezas -en todos los sentidos-.