Las únicas polémicas de la ida de las semifinales de Champions entre Real Madrid y Atlético de Madrid tuvieron lugar en la primera parte. Primero, con el tanto inicial de Cristiano Ronaldo, que pudo ser en fuera de juego. Más adelante, ya al filo del descanso, con un fuerte codazo de Sergio Ramos a Lucas Hernández a la salida de un córner.
El capitán madridista golpeó con contundencia la cabeza del defensa rival por detrás, sin que el árbitro del encuentro, Martin Atkinson, viese nada. En el caso de que el colegiado sí hubiese sido consciente de lo ocurrido, Ramos podría haber sido expulsado dada la dureza de la acción.
Ambos jugadores mantuvieron un pique durante algunos minutos, llegando incluso a discutir frente a frente en un momento dado. Justo después Como los ánimos estaban caldeados, el futbolista del Madrid pudo cobrarse cierta venganza en ese lance del juego, del que puede que no hubiese salido tan airoso en otra ocasión.
Involuntariamente, Ramos también protagonizó la otra jugada dudosa del encuentro. Un centro suyo, con Cristiano adelantado mientras este se efectuaba, empezó a gestar el primer gol del Madrid. La defensa del Atlético despejó, Casemiro se hizo con el rechace, centró y Ronaldo se anotó el primero de los tres tantos que consiguió este martes.