El ránking de los mejores goles del Real Madrid en las finales de Copa de Europa
El club blanco ha marcado un total de 35 tantos en las 12 finales que ganó, pero algunos tienen un significado más especial que otros.
4 junio, 2017 17:21Noticias relacionadas
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En todas las Copas de Europa del Real Madrid ha habido momentos únicos, históricos, de esos instantes que se recuerdan toda una vida. 12 títulos dan para mucho. Y el momento más álgido de toda victoria es el gol, el primer y último objetivo de cada equipo en un partido. Sin gol se puede no perder, pero jamás ganar.
En la historia de las finales del Real Madrid en esta competición ha habido dianas de todos los colores: goles preciosos, como la volea de Zidane en Glasgow, otros que identifican a una generación, como el de Mijatovic en Ámsterdam o el de Ramos en Lisboa, u otros de indudable significado histórico.
Desde el primero de Di Stéfano en 1956 al último de Marco Asensio en 2017, el Real Madrid ha marcado 35 goles en la docena de finales de Copa de Europa que ganó y aquí hemos querido rescatar los 12 tantos que más identifican al club blanco con esta competición.
1. El gol de Zidane en la Novena
Es sin duda el gol más universal del madridismo, el que se conoce en todo el mundo y el que mejor representa la grandeza del Real Madrid. La volea de Zinedine Zidane en Hampden Park (Glasgow) en la Novena Copa de Europa (2002) fue nombrado por la FIFA como el mejor gol de la historia de las finales europeas.
No es para menos. Su dificultad, la belleza con la que definió Zidane y el lugar de la portería por el que entró convierten a este tanto en el gol de todos los goles del Real Madrid en sus finales europeas.
Fue un balón muy bombeado de Roberto Carlos, una asistencia rarísima. El esférico alcanzó varios metros de altura y cayó con una fuerza difícil de calcular. Pero allí estaba Zidane, el más listo de todos, que se situó en la frontal del área, armó su pierna y dibujó la mejor volea vista en un campo de fútbol.
2. El cabezazo de Ramos en la Décima
Este gol es el más importante de la historia reciente del Real Madrid, por lo que provocó y también por lo que evitó. Era el minuto 93 y los blancos perdían ante el Atlético de Madrid la final de 2014. El 1-0 de Godín mandaba en el resultado y parecía imposible que el Madrid lograra empatar. Pero el saque de esquina de Modric y el cabezazo de Sergio Ramos provocaron que la final fuera a la prórroga.
El Madrid, que llevaba 12 años sin disputar una final de Champions, evitó la que hubiera sido su mayor humillación, perder la ansiada Décima ante el eterno rival. Es por ello que el gol de Sergio Ramos en el estadio de Da Luz en Lisboa tiene un significado mucho más histórico que otros. Fue también el inicio de la época exitosa en la que está ahora inmerso el Real Madrid.
3. El recorte de Mijatovic en la Séptima
Es imposible no tener en la retina el centro de Panucci, el disparo de Roberto Carlos y el recorte de Mijatovic a Peruzzi en el Ámsterdam Arena. Es el gol de toda una vida, de tres generaciones, del Madrid que dejaba atrás el blanco y negro se ponía en color.
El gol de Pedja Mijatovic a la Juventus de Turín en 1998 es fundamental para entender los últimos años del Real Madrid. Además es el tanto más celebrado en toda la historia del Real Madrid, el que dejó atrás 32 años de sinsabores en Europa. Ese momento es uno de los que todo aficionado recuerda. ¿Y usted, dónde estabas y qué hacías cuando Mijatovic recortó a Peruzzi y marcó el gol de la Séptima?
4. El primer gol en las finales, de Di Stéfano
El primer gol de la historia del Real Madrid en las finales europeas fue de Alfredo Di Stéfano, en un perfecto avance de lo que significaría el jugador hispano-argentino en la historia de este club. Fue un pase de Miguel Muñoz que acabó en los pies de Di Stéfano, que remató ante la oposición de la defensa del Stade de Reims francés, rival de los blancos en 1956.
El Madrid había comenzado perdiendo por 0-2 y ese gol de Di Stéfano metió al equipo entrenado por José Villalonga en el partido que acabó ganando por 4-3 con otros tantos de Rial, en dos ocasiones, y Marquitos Alonso.
5. La definición de Cristiano en la Duodécima
Sin dejar de lado el gol decisivo de Casemiro, que desequilibró el partido y puso al Madrid por delante, la final de este sábado en Cardiff se entiende mejor con la figura de Cristiano, que completó en el Estadio Nacional de Gales su mejor participación en una Champions League.
Marcó dos, pero especialmente identificativo fue el primero, en una contra con pase de Carvajal (otra asistencia más del lateral madrileño) y perfecta definición de Cristiano al primer toque, como un gran '9', que es a lo que se ha reconvertido este año.
El momento en el que lo hizo, a los 20 minutos, y tras un gran arranque de la Juventus hacen de este gol clave para entender al campeón de 2017.
6. La contra perfecta que acabó en Puskas en la Quinta
Aquél día marcó cuatro goles, pero el tercero que remató fue especialmente bonito por la jugada. Ferenck Puskas, 'Cañoncito Pum', cerró un contraataque perfecto del Real Madrid en la final de 1960, esa que después pasó a la historia como el mejor partido de la historia del fútbol (7-3 al Eintracht de Frankfurt).
Lo que era un saque de esquina a favor del equipo alemán acabó en un cabezazo de Puskas a línea de gol. El tanto fue fácil, el delantero húngaro no tenía apenas oposición, pero la jugada es de quilates. Cinco jugadores interviniendo y un final de época. Gento corriendo la banda y centrando a Puskas. Se puede ver a partir del minuto 2:30.
7. La carrera de Raúl en la Octava
El gol no fue de una belleza descomunal, al contrario, pareció fácil, pero ese tanto representaba muchas cosas. Primero, la superioridad de los blancos, aquél día de negro, frente al Valencia. Segundo, la constantación de que no era un espejismo lo que se había visto dos años antes, cuando había conquistado la Séptima. En esta Copa de Europa del año 2000 demostró que el Madrid campeón había vuelto para quedarse.
Esa carrera de Raúl González Blanco por Saint-Denis, uno de los grandes estadios de Europa, representa a un Madrid dominador con el que nadie podía. Antes habían marcado Morientes y McManaman y esa jugada de Raúl no era más que certificar la goleada. Pero cogió el balón en su propio campo, se plantó ante Cañizares y definió de la forma más difícil que tenía, con regate y disparo cruzado.
8. El trallazo de Serena en la Sexta
Para conseguir la Copa de Europa de 1966, el Madrid de los españoles (todo el once eran jugadores nacionales) tuvo que remontar al Partizan de Belgrado. Primero marcó Amancio Amaro, logrando el empate en el Estadio de Heysel de Bruselas, pero el gol que decidió la victoria fue el de Francisco Serena a 15 mintuos del final (en el siguiente vídeo, minuto 2:07)
El madrileño controló el balón entre la cabeza y el hombro, en un curioso movimiento, se acercó al área y desde la frontal lanzó un trallazo según le botaba el balón ante el que nada pudo hacer Milutin Šoškić, portero del equipo serbio.
9. La listeza del Madrid y la definición de Di Stéfano en la Quinta
En esa misma final de 1960 en la que Puskas marcó cuatro goles, Di Stéfano anotó los otros tres. Fue el mejor resumen a aquél Madrid dominador que contaba con los mejores jugadores del mundo. Por supuesto, Alfredo no podía faltar a esta cita con los goles históricos.
Di Stéfano acabó cerrando la goleada blanca en un gol muy pícaro. El Madrid acababa de recibir el segundo gol (6-2 en ese momento), la final ya estaba decidida, pero los blancos tuvieron la inteligencia de sacar rápidamente desde el centro del campo y en seis pases dejaron el balón a Di Stéfano, que lejos de la portería corrió acercándose a ella. Todavía desde mucha distancia disparó y anotó su tercer gol en Glasgow. 30 segundos después de recibir gol, el Madrid ya había marcado.
10. El disparo cruzado salvador de Gento en la Tercera
Ya en los primeros años el Madrid también sabía sufrir. Su tercera Copa de Europa llegó en la prórroga ante el Milan y el héroe fue Paco Gento, actual presidente de honor y el jugador con más títulos continentales (seis) en toda la historia del fútbol.
El Madrid había llegado a estar en dos ocasiones por debajo en el marcador, pero primero Di Stéfano y después Héctor Rial empataron la final, que se fue al tiempo extra. Allí Gento encontró en el minuto 107 un balón suelto en la línea del área y disparó cruzado pegado al palo de la portería de Narciso Soldan. Al meta italiano solo le quedó mirar.
11. El penalti de Cristiano en la Undécima
La Undécima ha sido la única Copa de Europa que el Real Madrid ha ganado por penaltis. Y así también vale ganar títulos. Cristiano anotó el penalti decisivo y por eso pasó a la historia. Marcar una pena máxima es más sencillo que cualquier otra jugada, pero no significa que sea gol. Precisamente en esa final se demostró que todo penalti no es gol. Griezmann falló uno durante el partido y Juanfran lo lanzó al palo en la tanda decisiva.
El penalti de Cristiano, que era el quinto del Madrid en esta final de 2016, dio al Madrid otra Copa de Europa y fue decisivo en tanto en cuanto cerró una final agónica para el Madrid, en la que sufrió más allá de 120 minutos.
12. La pillería de Raúl en la Novena
Raúl González Blanco no fue nunca un gran rematador ni tampoco un corredor de fondo. Pero sin tener nada lo acababa teniendo todo. Y, sobre todo, no le faltaba inteligencia. En la Novena en Glasgow (2002), él abrió el marcador con un tanto de listo.
Roberto Carlos se disputo a sacar de banda y Raúl se adelantó tanto que la defensa le dio vía libre, creyendo que no llegaría el balón allí. El problema para los alemanes fue que el lateral brasileño estaba asistiendo el 1-0, ya que Raúl se quedó solo y en un saque de banda no hay fuera de juego.