Lo del Real Madrid en Girona no fue un mal día aislado. Tampoco una tarde aciaga o una desconexión en uno de esos partidos intrascendentes de Liga. Caer el domingo en Montilivi fue un aviso, un mensaje claro a un equipo en crisis. El campeón de Europa tocó fondo en Londres y no puede poner ni una sola excusa. El Tottenham les arrasó, les pisoteó y les goleó. Fue un ciclón. Y el Madrid acabó agachado. Golpeado. [Narración y estadísticas: Tottenham 3-1 Real Madrid]
Batacazo histórico del Real Madrid. Cuatro años sin perder en la fase de grupo en Champions se cierran con un 3-0 en Londres que dinamitará la tranquilidad con la que han vivido los blancos en los últimos tiempos. La goleada sufrida ante el Tottenham enciende todas las alarmas y es dolorosa porque esto ya no es una cosa de un día. Esto refleja al actual equipo de Zidane, cansado, desmotivado, sin ambición. Ese es el problema.
Este miércoles el Madrid estrenó Wembley de la manera más horrible posible. La primera visita a uno de los estadios más míticos del fútbol se cerró con la peor derrota de la era Zidane. 22 meses después, el francés sufrió el mayor correctivo que ha tenido en el banquillo del Real Madrid. Se lo dio Pochettino, un entrenador que se doctoró con un planteamiento perfecto y con la construcción de un Tottenham perfecto.
Entre el mal momento de varios jugadores (Marcelo y Modric están en uno de sus niveles más bajos que se recuerden), la falta de ideas y ganas o el físico, que no aguanta en este tramo tan bien ahora, el Madrid ha entrado en un momento límite. No solo fue el mal partido en Wembley, sino todo lo anterior. Su inicio de temporada, desde septiembre, es malo. No todo iban a ser títulos y alegrías. Esto también es el fútbol y el reto de Zidane es ahora recomponer a un equipo desdibujado.
No hubo ni un solo minuto en el que el Real Madrid fuera superior al Tottenham. Solo al final, ya con el equipo inglés relamiéndose por su gran partido, apareció el orgullo blanco. Marcó Cristiano en los minutos finales y tuvo alguna que otra ocasión para esconder la goleada. Pero fue ya cuando había estado deambulando por Wembley. A este Madrid muchas veces le faltó la cabeza pero le salvaba el corazón. Ahora también ha perdido lo segundo.
Todo el partido fue un monólogo del Tottenham. Se jugó a lo que ellos quisieron y con el ritmo que impusieron. Hubo momentos en los que parecía que uno y otro equipo jugaban a otro deporte. Mientras los locales luchaban todos los balones, no daban un pase mal y creaban mucho peligro a Casilla, el Madrid perdía todos los balones por jugar sin ganas. Salió dormido y así era normal que acabara goleado.
La figura fue Dele Alli, otro talento inglés al que Pochettino ha ido puliendo y que por sanción faltó al partido de ida. Marcó en la primera parte, en una preciosa jugada al primer toque que acabó con el gol tras rematar en boca de gol. Conviene comentar, aunque ahora carezca de valor, que el pase previo de Trippier se hizo en clara posición de fuera de juego.
Dele Alli marcó otra vez, ya en la segunda mitad, en una jugada personal en la que tiró con sus regates a Casemiro y acabó asociándose con suerte con Ramos, al que le golpeó su disparo para engañar a Casilla. La goleada la completó Eriksen cerrando un buen contraataque que también sacó a relucir la parsimonia del Madrid. Todo el ataque del Tottenham estuvo organizado por un Harry Kane brillante. No marcó, pero destacó.
Quizá el Madrid no estuvo tan mal como para una goleada así, pero su problema es que jugó un partido de Champions, en Wembley y ante un rival con tanto hambre, como si fuera un encuentro sin relevancia. El fútbol actual no exige ningún descuido y mucho menos la falta de ambición.
La situación en lo que a resultados se refiere no es tan dramática. Serán segundos de grupo (posición en la que quedaron el año pasado y después ganaron la competición) y la clasificación a octavos no peligra. Pero las sensaciones sí encienden todas las alarmas. Perder en Wembley y en Montilivi han sacado la otra imagen de un Madrid que no era tan dorado como lo fue antaño.
Ficha Técnica
Tottenham: Lloris, Trippier, Alderweireld (Sissoko), Davinson Sánchez, Vertonghen, Davies, Dier, Harry Winks (Dembélé), Eriksen, Dele Alli y Harry Kane (Fernando Llorente).
Real Madrid: Casilla, Achraf, Nacho, Ramos, Marcelo, Casemiro, Kroos, Modric (Theo), Isco (Asensio), Cristiano y Benzema (Borja Mayoral).
Goles: 1-0 Dele Alli (27'). 2-0 Dele Alli (56'). 3-0 Eriksen (65'). 3-1 Cristiano Ronaldo (80').
Árbitro: Cüneyt Çakır (turco). Amonestó a Dembélé (Tottenham) y Sergio Ramos (Real Madrid).
Estadio de Wembley. Cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions.