El PSG, a priori, lo tiene todo: dinero, jugadores, glamour… O lo que quieran. Reluce, brilla y conquista. ¿Quién no querría tener en su equipo a Mbappé, Neymar o Cavani? ¿Quién no desearía contar con el tridente de moda del fútbol europeo? Obviamente, nadie. El club parisino, después de mucho tiempo, atrae. Ha dejado de ser un aspirante. Ahora, es candidato a todo –incluida la Champions League–. Aparece, incluso, por delante del Madrid. Se presenta como un rival temible a los ojos de cualquiera. No va de farol. Quiere esta Champions y cumple todos los requisitos para poder obtenerla. Pero, tras ese disfraz de perfección, se esconden algunos complejos que permiten soñar al equipo de Zidane. ¿Cuáles? A eso vamos…



EL PSG NO HA GANADO NINGUNA CHAMPIONS



Puede parecer una perogrullada, pero no lo es. El Real Madrid sabe que la historia juega un papel importante en Europa y va a intentar que eso venza a su favor. Ha ganado 12 Champions y, en muchas ocasiones, lo ha hecho desde la irregularidad. Eso es consabido por toda la plantilla y por Zidane, que llevó al conjunto blanco a conquistar su Undécima Orejona en una mala temporada. El PSG, sin embargo, no sabe lo que es ganar ninguna. Es más, no ha llegado ni a semifinales. Año tras año, ha caído contra unos y otros, con un entrenador u otro, con unos fichajes u otros. Da igual quién llegara en verano. Jamás conseguía su objetivo. Esa es la realidad histórica del club francés, que se sabe rico y poderoso, pero carece de tradición y de hombría para ganar incluso en las mejores condiciones. 

Neymar celebra un gol con el PSG. Reuters



LA LIGA FRANCESA NO CALIBRA SU POTENCIAL



El PSG tiene, seguramente, una de las plantillas más espectaculares de todo el continente, pero no juega contra los mejores. El equipo de Emery no puede calibrar su nivel en la liga francesa con respecto a los equipos con los que compite en Europa. Con el debido respeto a sus rivales, el Mónaco, el Olympique de Marsella, el Lyon o el Nantes –por hablar de los cuatro que le siguen en la clasificación– están lejos del nivel exigido en Europa. Y esto, obviamente, es un problema para el equipo parisino. Esa escasa competitividad doméstica puede repercutir en su nivel en la Champions. O eso, al menos, es lo que ha demostrado hasta ahora –y cada temporada–, cayendo contra rivales superiores. En las cinco últimas temporadas, por ejemplo, tres veces contra el Barcelona, una con el Manchester City y otra frente al Chelsea. A esto se puede acoger el Real Madrid.



EL PRECEDENTE CONTRA EL BARCELONA



Los dos puntos anteriores derivan en este. Ante esa realidad histórica y la baja competitividad que tiene en la liga francesa, el PSG es un rival que tiende al fallo. Incluso cuando lo tiene todo a favor, como la temporada pasada contra el Barcelona (se llevó un 4-0 de París), es capaz de hundirse. Esa vuelta en el Camp Nou lo ejemplifica a la perfección. ¿Cómo puede un equipo con esa renta perder por 6-1 y dejarse remontar? Sólo hay una respuesta posible: la inexperiencia, la precipitación, el miedo y la escasa creencia en sus posibilidades. Se siente inferior y se sabe así en los momentos importantes. ¿Otra vez esta temporada? Ya se verá. En cualquier caso, al otro lado, tendrá al 12 veces campeón de Europa. Eso sí que da miedo. 



SU DEFENSA



El PSG tiene quizás la mejor delantera de todo el continente. Eso es cierto. Pero, ¿goza del mismo nivel en el resto de parcelas del campo? Obviamente, no. Su centro del campo –esté quien esté– es inferior al del Real Madrid, y su defensa, presumiblemente con Alves, Marquinhos, Berchiche y Kimpembe no es de las mejores de todo el continente. De hecho, por nombre, es mucho mejor la de Zidane. Por ese lugar es por donde puede ‘meterle mano’ el Madrid en lo futbolístico. El resto está en las hemerotecas, y no es muy halagüeño. ¿Romperá con ello el PSG en estos octavos? Eso es lo que está en juego. Pero, ya saben lo que dice el refranero español: no todo lo que reluce es oro.

Neymar celebra un gol con Cavani. Reuters

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