El Wanda Metropolitano acogerá, el sábado 21 de abril, la primera final de su historia. El nuevo estadio del Atlético de Madrid será la sede de la próxima final de la Copa del Rey que disputarán Barcelona y Sevilla. Así lo ha confirmado la Federación con el beneplácito de ambos clubes tras una reunión celebrada este lunes.
De esta forma, el conjunto catalán se queda otra vez sin su anhelo de disputar la final de Copa en el Santiago Bernabéu, sede que jamás estuvo encima de la mesa ya que el Real Madrid nunca ofreció su estadio para la celebración de la final y tampoco la Federación le pidió al club blanco que acogiera el evento.
La final de Copa del Rey 2018 servirá también como ensayo para el Wanda Metropolitano, ya que el nuevo estadio de Madrid acogerá la final de Champions 2019, uno de los eventos anuales más importantes en el mundo del deporte y que acogerá la capital de España por segunda vez en nueve años, después de que el Santiago Bernabéu fuera la sede de la final de Champions 2010.
Con un aforo de 67.829 espectadores, el Wanda Metropolitano fue el estadio preferido por la Federación desde un inicio de la competición, que como viene siendo habitual ha esperado a conocer a los clubes finalistas para elegir oficialmente la sede. Otro de los estadios que estaban en mente era La Cartuja de Sevilla o el Estadio de Mestalla, pero en el primero de los casos el Barça se negó al ser uno de los finalistas de la capital andaluza y el segundo al preferir Madrid, ciudad intermedia entre Sevilla y Barcelona.
La celebración de esta final de Copa el 21 de abril obligará al aplazamiento de tres partidos de la jornada 32 de Liga: Sevilla - Real Madrid y Barcelona - Villarreal, ambos duelos por tener a los dos finalistas de la Copa, y Atlético de Madrid - Betis, ya que no se podrá jugar en el Wanda Metropolitano. Los tres partidos se disputarán el miércoles 9 de mayo, entre la antepenúltima y penúltima jornada de Liga, inmediatamente después de un Barcelona - Real Madrid en el Camp Nou.