La selección española vive un momento de esperanza contenida. No quiere entusiasmarse demasiado ante un juego que le ha dado el pase a la Eurocopa de forma brillante pero que en los amistosos ha dado peores resultados. Esa tendencia la ha logrado cambiar el conjunto entrenado por Vicente del Bosque en la visita de Inglaterra. Mucha culpa de esa renovada expectación la tiene Mario Gaspar, que abrió el marcador en la segunda mitad con una obra de arte volando para realizar un acrobático remate. Era su segundo tanto en su segundo partido con la selección, un dato espectacular cuando se habla de un defensor. El segundo gol del partido minutos después, de Santi Cazorla, sirvió para mejorar y asegurar la victoria, pero no logró tapar el protagonismo del defensor del Villarreal.
Fueron los dos goleadores de la noche que aliviaron el mal que preocupa a España en los últimos tiempos: la falta de gol. No parece haber delantero que solucione ese problema, por mucho que Del Bosque busque soluciones con nuevos nombres o que incluso salga de inicio con dos puntas. Así sucedió en el partido contra Inglaterra. Previamente la selección anunció un once con Diego Costa, que sigue sin ver puerta con la selección, solo en el ataque. Koke fue el damnificado minutos después cuando Alcácer sustituyó al centrocampista del Atlético de Madrid en la alineación inicial. Una variación para no perder las costumbres: ya se había corregido el estadio donde se disputaba el encuentro que finalmente se trasladó al Rico Pérez.
No fueron las dos únicas correcciones. El juego combinativo resultón pero ineficaz quiso arreglarlo el seleccionador tras el descanso sacando a Iniesta, uno de los mejores en el primer tiempo junto a Busquets. En su lugar apareció Nolito, que revolucionó el encuentro del mismo modo que pretende revolucionar con su fútbol la selección. Fruto de la entrada del extremo al once empezó a convertir España el miedo impuesto en la primera mitad en verdadero peligro.
No parecía que nada pudiese empañar el estreno de la nueva camiseta, más allá de las salidas del campo de Thiago y Busquets por precaución. Mucho menos el juego de Inglaterra, demasiado abocado a la velocidad de Sterling. Dejaba libertad el equipo de Roy Hodgson como mostraron las constantes subidas de Bartra durante el encuentro. Una inclinación de la que quiso ser partícipe Mario Gáspar, que a 20 minutos del final logró evitar que un partido dominado por España de principio a fin acabase con empate a cero.
Intentó solucionarlo Inglaterra dando entrada a Rooney, reservado en principio para el próximo partido de los británicos contra Francia. Y a punto estuvo de lograr su objetivo con un disparo en el descuento que dio en el larguero. No evitó ese disparo, ni el siguiente de Hart a continuación y detenido por Casillas, el récord del mostoleño de cien partidos sin recibir un gol. Tampoco habría evitado la derrota de Inglaterra, invicta en la fase de clasificación. Cazorla, en el minuto 84, se había encargado de ello con el tanto que cerró el encuentro. Nolito asistió hacia atrás y el jugador del Arsenal remató colocado.
Suma España la segunda victoria en los cinco últimos amistosos y espera suponer un cambio de tendencia en los encuentros sin tensión competitiva. Los mismos que permiten, ante las bajas sufridas, seguir probando a jugadores e ir puliendo conceptos. El próximo martes ante Bélgica, que ha ganado 3-1 a Italia en su amistoso correspondiente, tendrá un nuevo test de cara a la Eurocopa de Francia.