Tardó en llegar, pero aquí está. A las 21:00 de este viernes rodará el balón en Saint-Denis y presentará una Eurocopa novedosa, la primera con 24 selecciones, la que más partidos tendrá (51), la que más durará (un mes), la que por primera vez tendrá octavos de final y la que más seguridad desplegará. Una nueva Eurocopa impulsada por dos dirigentes que ya no están: Platini e Infantino.
Desde la cita de 2000, un anfitrión no arranca con victoria en su torneo. Eso es lo que querrá recuperar Francia en su duelo ante Rumanía (21:00 horas, Telecinco), partido que abre la gran cita continental. Los locales son indudables favoritos tras años de deriva que les llevaron al ridículo en el Mundial de 2010, a la eliminación ante España en la Eurocopa 2012 y a una mejora en el pasado Mundial 2014 truncada en cuartos por Alemania.
Con las dudas de España, Portugal o Italia y el ascenso todavía sin calibrar de Inglaterra o Bélgica, Francia se presenta junto a Alemania como la principal selección a seguir durante la Eurocopa. En el caso de los de Deschamps se hace más obligada su buena participación después de dos años de preparación para el evento.
Rumanía, primer examen para Deschamps
El grupo asequible que tiene Francia lo arranca en un enfrentamiento a priori sencillo ante Rumanía, que buscará dar la sorpresa utilizando la solidez defensiva como mejor argumento. Fue el principal motivo que les llevó a la fase final (sólo le marcaron dos goles en la fase de clasificación). Pocos nombres destacan en la selección rumana: el portero de la Fiorentina Tatarusanu, el ex de Zaragoza y Elche Sapunaru o el también con pasado en la Liga española Gabriel Torje.
Con un bloque compacto, los anfitriones se aferran a Griezmann, que tendrá en la Eurocopa una cita perfecta para saber hasta dónde llega su progresión, y a Giroud, encargado de hacer olvidar a los dos mejores delanteros franceses, que por decisión técnica no están: Benzema y Gameiro. Detrás tendrán un centro del campo de garantías: el deseado por Madrid y Barça Pogba, el campeón de la Premier Kanté y Matuidi.
La ausencia de los delanteros de Real Madrid y Sevilla, el primero por su escándalo en el caso Valbuena y el segundo simplemente por no ser del agrado del seleccionador, marcará la Eurocopa francesa. Será una losa si Giroud se queda seco y tienen problemas de cara a gol, señalando a un Deschamps que sigue sin agradar al 100%, o acabarán olvidándolos si las victorias llegan, como todo lo que pasa en el fútbol.
Lo que es indudable es que todo lo que rodea a Francia es debate. Se arriesgó el seleccionador dejando fuera a Benzema, su mejor jugador. Dejándose llevar "por la presión de una parte racista", dijo el '9' blanco, apartado desde que se destaparan sus problemas judiciales que le llevaron incluso a dormir en los calabozos. Con esta decisión, Deschamps se jugó más que una simple derrota en partidos del torneo. Fue una cuestión de estado, un conflicto entre lo deportivo y lo judicial, que supuso una pérdida futbolística en pro de una buena imagen ante la sociedad.
Contra la maldición del anfitrión
Deschamps se cargó a Benzema, se cargó a Gameiro y también se quiere cargar la maldición del anfitrión. En las últimas diez ediciones de la Eurocopa, sólo una vez ganó el país que organizaba el torneo: precisamente Francia (1984). Y también fueron Les Bleus los únicos en los últimos 30 años que organizaron un Mundial y lo ganaron. Francia ha sido así la única selección que ha resistido a la maldición del anfitrión. Sólo los franceses lograron ganar en casa en los últimos 30 años, contando los dos grandes torneos a nivel de selección: Eurocopa y Mundial.
La última, en Europa, que se quedó cerca de lograr el título en su casa fue Portugal, en 2004, pero perdió la final ante Grecia en Lisboa. En Copa del Mundo, ni Brasil en 2014 ni Alemania en 2006, partiendo como favoritos, lograron ganar el torneo en su país (ambos se quedaron en semifinales). Pero no sólo en torneos de selecciones afecta esta maldición. También a los clubes les llegó la presión de jugar en casa: el Bayern perdió una final de Champions en su estadio en 2012, el Sporting de Lisboa otra, de la Copa de la UEFA, en 2005.
Ese será el examen de la Francia deportiva. Unido a ello quedará otro test: el de la seguridad. Es indudable que esta Eurocopa está marcada por el miedo que hay a posibles atentados terroristas. Este aspecto deja algo desangelado el fervor por un torneo que reúne al fútbol en un mes. Rueda el balón, la mejor manera para evitar el calor veraniego. Los primeros en tocarlo serán Francia y Rumanía. Prepárense para disfrutar.