A veces, en el fútbol, nunca se sabe si es mejor ganar, y más si es el debut, por 3-0 o por la mínima con gol en el último minuto. De la primera se sale confirmando el favoritismo, asustando a rivales pero también creando expectativas que después no se pueden completar. La segunda provoca éxtasis y épica. Ésta tendrá más ausencia de fútbol y seguramente esconderá limitaciones, pero a veces en el deporte un arranque con dosis de emoción ayuda a afrontar el futuro. Es lo que, involuntariamente, hizo Francia. [Narración y estadísticas: Francia 2-1 Rumanía]
Se encontró la anfitriona a una rocosa Rumanía que supo jugar el siempre tan temido partido inaugural. Los galos, horribles atras, tuvieron que tirar de centro del campo para recuperar el terreno perdido. Ni aun así les valió, porque los rumanos fueron a Saint-Denis con una idea clara, la misma que les llevó a la Eurocopa encajando solo dos goles en la fase de clasificación. Acabó decidiendo, como muchas veces, la calidad individual. La de Payet.
Rumanía asustó tanto en los primeros diez minutos que el 0-0 fue algo bueno para los franceses. Lloris apareció con una parada sobre la línea de Stancu, a bocajarro y completamente solo. Fue el inicio de la victoria de Francia, que la finiquitó en el 87 en un partido por minutos gris, pero salvado tras un arranque arrollador de los rumanos.
El centro del campo, clave en Francia
Con el centro del campo, Francia recuperó el control del partido y se olvidó de los miedos de atrás. Sonadas han sido las bajas de Gameiro y Benzema, pero el primer partido deja un coladero atrás que bien podría convertir a Varane, lesionado en el tramo final de la temporada con el Real Madrid, en el futbolista al que más eche de menos Deschamps. La pareja Varane-Koscienly, con dos laterales venidos a menos como Evra y Sagna, fueron lo peor de una Francia que para demostrar en el campo su vitola de favorito tendrá que ensayar más atrás.
Aun con ese desastre, a los galos les valió el mencionado centro del campo para generar peligro en varias ocasiones, insuficientes para superar a una Rumanía que solo recibió dos goles en la fase de clasificación. Giroud primero y Griezmann después, este segundo con un remate a la madera, pusieron el peligro bleu. Pero el partido se cimentaba en Kanté primero y Payet despues.
El inicio de la segunda parte fue un calco de la primera, con una Rumanía que volvía a sacar las carencias defensiva de la anfitriona, pero incapaz de batir a Lloris. Sorprendió, para bien, la selección rumana, que presentó credenciales para ser segunda de este grupo A.
Pero le faltó aquello que a veces siempre decide partidos: experiencia. Le costó entender el partido, jugarlo y madurarlo. Por eso se llevó un gol cuando tenía controlado el partido. Las grandes pocas veces fallan y no lo hizo Giroud, que anotó el primer gol de la Eurocopa. Eso sí, fue ilegal. Porque el delantero del Arsenal sacó el codo ante Tatarusanu, que salió mal, pero lo suficiente para despejar el balón si no hubiera sido por la falta de Giroud. Venía precedido de un pase exquisito de Payet, seguramente una de las figuras del torneo a la larga. Era el 1-0 y en Saint-Denis volvió a sonar La Marsellesa, música que no sonaba en el estadio desde la ceremonia de himnos.
Si notable fue el planteamiento y aguante rumano, más lo fue sobreponerse a ese gol y seguir con la misma filosofía. Tanto que una internada de Stancu en el área acabó en un penalti infantil de Evra. El lateral metió la pierna sin sentido, en un fallo impropio de su experiencia. No tuvo problemas el propio Stancu en anotar y dejar mudo a Saint-Denis.
La solución de Deschamps pasó por quitar a dos de sus grandes figuras, Griezmann y Pogba, aferrándose a Coman y Martial. No se podrá quejar el combinado francés de fondo de armario. Un buen once, salvo la parte de atrás, se complementa con un buen banquillo que a la larga tiene que valerle a Francia. Dejó a Payet y éste acabó respondiendo.
Estaba siendo el mejor del partido, con un esfuerzo casi sobrehumano y con la asistencia del gol. Parece que está destinado a completar un gran año, seguramente como figura emergente al igual que Kanté. Cuando Francia estaba ya asumiendo el empate, el jugador del West Ham se inventó un zapatazo que quitó telarañas de la portería de Tatarusanu y dibujó el que será ya representación perfecta del arranque de la Eurocopa. Golazo para debutar y para rescatar. También para evitar unos primeros días convulsos.
El gol de Payet, con posterior aparición de Sissoko disfrazándose de Usain Bolt corriendo el estadio, finiquitó un partido atractivo, que dejó un buen arranque de torneo. Ganó Francia, pero la sensación es que Rumanía también tiene mucho que decir en este torneo. Los galos tuvieron que apelar a una genialidad de Payet y a un centro del campo rocoso para superar a la rocosa Rumanía.