Luis Enrique no termina de encandilar a la afición española. El debut de la Selección en la Eurocopa fue accidentado y terminó con un 0-0 ante Suecia que complica el futuro del combinado nacional. La convocatoria del seleccionador, la alineación y hasta los cambios son motivos de debate después del fiasco en un partido que demostró las debilidades de España.
Y es que la Selección se presentó a la Eurocopa sin saber cuál iba a ser el esquema, quién iba a ser el portero ni quién el delantero titular. Demasiadas incógnitas antes de un gran torneo y muchas dudas sobrevolando una concentración que ha estado agitada en los últimos días por el positivo de Busquets y la vacunación, tardía, de los futbolistas.
La realidad es que mucha ilusión no se desprendía de la Selección y los peores augurios se confirmaron ante Suecia. Un grupo, demasiado, joven repleto de buenas intenciones, pero sin la mordiente necesaria para toda una Eurocopa. El carácter de Luis Enrique tampoco ayuda a hacer piña en torno a la selección española. Convertido en icono del antimadridismo, 'Lucho' sorprendió con la ausencia de jugadores del Real Madrid en la lista para una gran competición por primera vez en la historia.
El nuevo Clemente
Se cargó a Sergio Ramos como capitán de la Selección con la excusa de que no llegaría al cien por cien, aunque el sevillano había sido el líder del combinado nacional en el camino hasta la Eurocopa. La traición al defensa se escenificó al no ocupar las 26 plazas disponibles para el torneo.
Autoproclamado como el único líder de la Selección, Luis Enrique realizó la convocatoria más polémica desde las de Clemente. El asturiano dejó sin Eurocopa a grandes jugadores en un gran estado de forma como Jesús Navas, Aspas, Canales, Albiol o Nacho. En cambio, llevó a futbolistas como Eric García, que ha estado casi inédito durante toda la temporada en el Manchester City; Diego Llorente; Sarabia o nacionalizó por vía exprés a Aymeric Laporte.
Luis Enrique da órdenes a los futbolistas de la Selección desde la banda del Estadio de la Cartuja de Sevilla
La gestión de la 'convocatoria burbuja' ante la posibilidad de un brote por Covid-19 tras el positivo de Busquets también dividió a España. Los antes citados continuaron de vacaciones, menos Albiol, e hizo una mezcla con algunos sub21 que habían terminado su participación con la selección de Luis de la Fuente.
Luis Enrique volvió a dividir España con su alineación ante Suecia. Gerard Moreno, el delantero más en forma del fútbol nacional, no salió hasta el minuto 74 y apostó por un Álvaro Morata que dejó de nuevo patente su falta de gol en las grandes ocasiones. Iago Aspas se convirtió entonces en Trending Topic en las redes sociales y es que fueron muchos los que se acordaron del gallego cuando Morata tiró fuera el balón cuando estaba solo ante Olsen.
Además del asunto del delantero, es poco entendible cómo desaprovecha a Marcos Llorente en el lateral derecho. El centrocampista con más gol, autor de 13 tantos esta temporada, infrautilizado como una joya de pisapapeles. España tuvo mucha posesión, pero careció de remate y puntería ante Suecia.
La entrada de Sarabia antes que la de Gerard Moreno también fue extraña y es que, con los problemas de esta Selección, parece un autocastigo prescindir un solo segundo del delantero del Villarreal sobre el terreno de juego.
El peor parado del mal inicio de España fue Álvaro Morata. El jugador de la Juventus fue pitado por el público que asistió a La Cartuja, aunque el mayor culpable de todo parece Luis Enrique. Y es que el asturiano se ha empeñado en que esta Eurocopa sea puerta grande o enfermería.
España no ejercía de local en un gran torneo desde 1982. 39 años después la historia amenaza con repetirse y es que la Selección fracasó con estrépito en su Mundial. Una necesitada Polonia y la sorprendente Eslovaquia medirán hasta donde puede soñar España y si Sevilla se convierte en la única ciudad que pisa en la primera Eurocopa multisede.
Mientras, en lo que llega el partido del sábado contra Polonia, España debatirá sobre la Eurocopa y Luis Enrique. Una división que no se veía desde Clemente, pero en la que 'Lucho' confía en sentirse tan cómodo como cuando abandonó el Real Madrid y se convirtió en ídolo del Camp Nou.
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