En Múnich estuvo a punto de certificarse una sorpresa, la de Eslovenia y una entrada en la enfermería, la de Serbia. Ambos intangibles fueron sellados Karnicnik en primera instancia, que se convirtió en el primer jugador de la liga eslovena que ve puerta en una Euro, pero acabaron desbaratados por Jovic en la última jugada del partido a la salida de un saque de esquina. Así hemos vivido el empate entre Eslovenia y Serbia.
Eslovenia se queda a las puertas de su primer triunfo en una fase final de Eurocopa y Serbia sale de la enfermería con pulso a la espera de lo que hagan Dinamarca e Inglaterra en su partido vespertino. Los de Kek, que se veían en octavos de final, se jugarán el billete en la última jornada ante los Three Lions, mientras que el combinado de Stojkovic se aferra a su última esperanza.
El cuadro esloveno es un equipo que se reduce a las dos áreas. En la propia cuenta con un portero mastodóntico como es Jan Oblak, siempre escudado de su defensa y en ocasiones del centro del campo y en la contraria, donde aparece Sesko a la carrera porque los de Kek rehúyen de adornos y virguería y se expresa al contragolpe. Plan que les ha llevado hasta Alemania y con el que estaban prolongando su estancia en el país teutón.
Porque Karnicnik recuperó en su propio campo y, con Serbia volcado sobre el balcón del área esloveno, inició una carrera a lo Sergi Roberto en el Bernabéu para abrir al costado a un Elsnik que contemporizó hasta que vio una rendija en el muro serbio por la Karnicnik vislumbró su gol. Le ganó la espalda a una defensa de circunstancias en la que su marcador fue un Sergej Milenkovic Savic inexperimentado en tareas defensivas.
Antes de que sonara el pitio inicial, el choque ya había comenzado a disputarse bajo un prisma que está siendo protagonista en esta Eurocopa: el político. Serbia pedía responsabilidad a la UEFA y amenazaba con abandonar el torneo tras los cánticos de "matad al serbio" que entonaron aficionados croatas y albanos durante su partido de este miércoles.
Guion soporífero al inicio, loco al final
No era el único incendio que quemaba el vestuario balcánico. Tadic se autoproclamó "el mejor del equipo" y advirtió que debía "haber jugado los 90" del debut. Stojkovic apagó el incendio otorgándole la titularidad y la brújula de los suyos. Fue el único cambio respecto al choque contra Inglaterra. Eslovenia no cambió de nombres, pero sí su propuesta, más ofensiva que contra Dinamarca. Cerin y Mlakar desprecintaron el partido probando a Rajkovic y controlando la posesión con cierto criterio, más que en su debut.
Serbia, con más urgencias por la clasificación, tampoco enloquecía. Juntaba sus líneas en campo propio y buscaba balones largos. Hubo que esperar media hora para tener noticias ofensivas balcánicas. Eslovenia seguía buscando abrir el cerrojo serbio, con Janza acumulando papeletas para convertirse en llave.
El choque, soporífero en el primer acto, se enloqueció en el tramo final con un intercambio de llegadas que se neutralizaron sobre la bocina. Eslovenia cayó del cielo al suelo de un bofetón, mientras que Serbia salió del infierno con pulso. Les espera una tercera jornada de infarto.