El partido de este pasado sábado entre Portugal y Turquía correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos se convirtió en el más surrealista de lo que va de esta Eurocopa 2024. No por el solvente triunfo que consiguieron los lusos para sellar el pase a los octavos de final, sino por las constantes invasiones de campo que tuvieron lugar en la segunda mitad.
No se recuerda algo igual a lo sucedido en el Signal Iduna Park, el estadio del Borussia Dortmund. Hasta cuatro espontáneos irrumpieron en la segunda mitad y uno más volvió a insistir en su actitud cuando ya se había finalizado el choque. Lo que comenzó como una anécdota terminó convirtiéndose en una situación bochornosa y tediosa para los propios futbolistas.
De manera involuntaria, Cristiano Ronaldo tuvo mucho que ver en estas irrupciones de los espontáneos. Primero fue un pequeño el que saltó al terreno de juego y corrió a abrazar al crack portugués. CR7 le recibió con los brazos abiertos, con una sonrisa en la boca y hasta accedió a hacerse la foto con el joven. Una actitud ejemplar la del futbolista, aunque aquello fue tomando un cariz muy diferente.
En los siguientes minutos otras tres personas más imitaron al pequeño y saltaron al terreno de juego en busca de una foto con Cristiano Ronaldo que quedara para el recuerdo. El gesto se fue torciendo en el rostro del goleador de Madeira, y no era para menos, al igual que en el resto de los futbolistas.
Todos terminaron cansados de estas constantes interrupciones que dejaron en evidencia a las fuerzas de seguridad en el estadio. El choque estaba finiquitado con el 0-3 para Portugal, es cierto, pero el espectáculo se vio interrumpido en demasiadas ocasiones.
A punto de la lesión
El último capítulo de esta bochornosa serie de incidentes se vivió ya con el tiempo cumplido. Cuando los futbolistas de Portugal se dirigían a saludar a su afición para celebrar con ellos la victoria, de nuevo un espontáneo saltó al campo para acercarse a los jugadores lusos.
A punto estuvo de sucederse una desgracia en ese momento, protagonizada por un miembro de seguridad. El steward, en su afán de frenar al aficionado, se abalanzó contra Gonçalo Ramos, el delantero de Portugal, y le causó daño en uno de sus tobillos. El jugador incluso se retiró cojeando del terreno de juego.
Temiendo que hubiera podido sufrir una lesión de la manera más absurda, los servicios médicos de Portugal incluso llegaron a hacerle unas pruebas médicas para descartar cualquier dolencia.
"Tenemos que proteger la salud de nuestros futbolistas, eso es lo primero", llegó a comentar Roberto Martínez, el seleccionador de Portugal, al término del partido después de todo lo sucedido en uno de los partidos más surrealistas que se recuerdan en una Eurocopa.