Al mal tiempo, buena cara. Alemania vibra y sueña con que la Mannschaft toque el cielo europeo en Berlín. Para ello necesita dar tres pasos más al que ha dado tras ganar a Dinamarca en un partido que tuvo de todo. Desde una tormenta eléctrica con posterior granizada que obligó a la suspensión del partido, hasta un intercambio de golpes del que salió victorioso el cuadro teutón. [Así hemos vivido la victoria de Alemania contra Dinamarca].
Un duelo eléctrico, siguiendo con las similitudes climatológicas del partido, que estuvo marcado por la intervención del VAR. Primero para anular dos goles, uno a cada selección y posteriormente para señalar un penalti que modificó la tónica de un encuentro lleno de alternativas para ambas selecciones. Nagelsmann inició con dos cambios ofensivos. Raum y Sané por Mittelstadt y Wirtz.
Y Alemania lo notó con un vigoroso inicio de partido que cayó como una tormenta sobre la meta de un Schmeichel que actuó de pararrayos para que los suyos no sufrieran ninguna descagar a las primeras de cambio. Sostuvo un asedio extraordinario de Alemania que se germinaba en todo momento gracias a la recuperación tras pérdida.
Un gol anulado a Schlotterbeck y tres intervenciones de mérito fueron el balance del primer cuarto de hora. Alemania no usaba el freno, pero Dinamarca supo responder a través del balón. Fue la bombona que les oxigenó y calmó el ímpetu anfitrión. El partido pasó de jugarse en sexta a primera marcha porque los teutones aceptaron la bajada de revoluciones, no podían mantener ese ritmo a lo largo del partido. Sonrían los daneses que tuvieron en las botas de Eriksen y Maehle la descarga antes de la tormenta.
La miradas se alzaron y vislumbraron un cielo encapotado, lluvioso, en el que los relámpagos se sucedían. Y, ante el riesgo de tormenta eléctrica, Michael Oliver decidió mandar a los jugadores a vestuarios durante 25 minutos. El cielo se calmó y Alemania volvió al terreno de juego con el pie en el acelerador, aunque fue Hojlund quien dispuso de la oportunidad más clara.
Ambas selecciones abandonaron la pausa y se vieron sumidas en la electricidad de la noche. El partido pasó a ser un ida y vuelta del que solo un equipo saldrí beneficiado. La alegría va por barrios. En menos de cinco minutos pasó del danés al alemán con un denominador común: Andersen.
El futbolista del Crystal Palace fue protagonista del momento que cambió el guion del partido. Primero anotó un tanto que, tras las revisión del VAR no subió al marcador y, tres minutos después, cometió un penalti que también necesitó la ayuda de la tecnología. Havertz no falló desde los once metros y ahí empezó la caída del muro danés.
El tanto les hizo daño y, entre el shock nórdico Havertz pudo volver a pescar. Poco a poco fue despertando del bofetón, pero los riesgos a asumir eran directamente proporcionales a la cuenta atrás del reloj. Dejaron espacios a la espalda de la defensa y ahí crecieron Havertz, Sané y Musiala, autor de la sentencia. Los últimos minutos fueron una impotencia nórdica. Alemania ya está en cuartos y espera a España o a Georgia.
Alemania 2-0 Dinamarca
Alemania: Neuer; Kimmich, Rudiger, Schlotterbeck, Raum (Heinrichs, m. 80); Kroos, Andrich (Emre Can, m. 64); Musiala (Wirtz, m. 80), Gundogan (Füllkrug, m. 64), Sané (Waldemar Anton, m. 87); Havertz.
Dinamarca: Schmeichel; Andersen, Vestergaard, Christensen (Bruun Larsen, m. 82); Bah (Kristiansen, m. 81), Delaney (Norgaard, m. 69), Hojbjerg, Maehle; Skov Olsen (Poulsen, m. 69), Eriksen; Hojlund.
Goles: 1-0, m. 53: Havertz, de penalti. 2-0, m. 68: Musiala.
Árbitro: Michael Oliver (Inglaterra). Amonestó con tarjeta amarilla al entrenador de Dinamarca, Kasper Hjulmand, en el minuto 41, y al seleccionador de Alemania, Julian Nagelsmann, en el 60. Entre los jugadores, enseñó amarilla a los daneses Bah (m. 57) y Maehle (m. 61).
Incidencias: partido correspondiente a los octavos de final de la Eurocopa 2024 disputado en el Signal Iduna Park de Dortmund ante unos 60.000 espectadores.