Inmaculada. Así había llegado la portería de España a los octavos de final de la Eurocopa después de una fase de grupos en la que no había encajado ni un solo gol. Ni Croacia, ni Italia, ni tampoco Albania habían sido capaces de batir a Unai Simón o a Raya en los tres primeros encuentros del tornero, pero la Selección perdió esta 'virginidad' de la manera más absurda.
En un inicio de partido impresionante ante Georgia en los octavos de final, con España haciendo todo bien, la mala suerte se cebó con los hombres de Luis de la Fuente en un contraataque. Un gol en propia puerta de Le Normand puso por delante a los georgianos y rompió la buena racha en defensa del conjunto español en esta Eurocopa.
Todo surgió en un contraataque. Con la Selección volcada en ataque y demostrando todo su potencial ofensivo, se descuidó en un defensa por un momento. Kakabadze salió con espacios por delante en la banda derecha y llegó a una posición muy peligrosa para poner un balón envenenado al área.
El centro no fue perfecto. Salió a media altura, imposible para rematar de cabeza, pero tampoco para hacerlo con el pie, y eso fue lo que complicó a Le Normand. Ese centro lo buscó Kvaratskhelia, que entraba desde el segundo palo, y Le Normand se interpuso en su camino con tan mala suerte que el esférico le golpeó en la cadera y terminó introduciéndose en la portería.
Nada pudo hacer Unai Simón, que no se esperaba esa trayectoria del esférico, y que se quedó de piedra. Los georgianos celebraron con mucha alegría convertirse en el primer equipo capaz de marcarle gol a una de las favoritas al título.