El sudor rociaba el imberbe rostro de Lamine Yamal cuando se despojó del peto e ingresó al terreno de juego del estadio Boris Paichadze de Tiflis. Con 16 años y 57 días se había convertido en el jugador más joven que debutaba con la selección absoluta. Su cita con la historia se transformó en doble cuando en la recta final del partido culminó por la derecha el centro de Nico Williams desde la izquierda. 

Se erigió como el goleador más precoz de España al precintar la goleada (1-7) a Georgia "¡Pero sí está en cuarto de la ESO!, a quién no le gustaría marcar un gol con la selección a esa edad. Le vamos a proteger", advertía Nico Williams, que hoy en día en inseparable del futbolista del FC Barcelona. Fue el cierre a una noche más plácida de lo esperado tras la tardía entrega del material deportivo. 

La joya del FC Barcelona transformó en sencillez su dura entrada a la selección por la onda expansiva del 'caso Rubiales'. Su capacidad para aislarse de las convulsiones federativas generó más sorpresa aún que el desparpajo con el que convirtió en veteranas sus pocas horas de vuelo en el fútbol de élite. "Yo a su edad tenía una empanada tremenda. Es increíble que a su edad esté compitiendo por ser titular en el Barcelona y la selección", afirmaba Morata, capitán de La Roja.

Ahora, poco menos de un año después y en Colonia, Lamine tiene la oportunidad de cerrar el círculo de los récords ante el país que le vio dar sus primeros pasos en el fútbol de selecciones. Un gol le auparía como el goleador más joven de la historia de las Eurocopas. Por el momento se le resiste.

En Berlín, ante Croacia, Livakovic evitó con un paradón el que hubiera sido el cuarto de España, mientras que ante Italia, el zapatazo de Lamine dibujó una parábola desviada por milímetros. Donnarumma ya estaba batido. Yamal abandera la explosión en el fútbol de élite del talento joven. Tanto Xavi como el propio De la Fuente han estado convencidos desde el primer momento de que su lectura del juego le permite está lo suficientemente desarrollado como para competir en primera línea. 

Lamine también representa el perfil de futbolistas que emergen fruto de la inmigración. En otras selecciones como Francia es cotidiano ver a jugadores nacidos fuera de sus fronteras que poblan las academias de sus clubes. En España, la llegada de este arquetipo de jugador está cambiando el modelo de juego de la selección. Pasa de lo técnico al desequilibrio. Nico Williams y el propio Lamine Yamal humanizan este cambio.

Ambos poseen más fútbol callejero que académico y funcionan como versos sueltos en un poema institucionalizado por el orden táctico y los pases de seguridad. "Con Lamine y Nico tenemos el futuro asegurado", declaró De la Fuente tras aquella goleada ante Georgia. Un año después, sigue manteniendo la misma idea el jugador del FC Barcelona.

"Demuestra una madurez impropia de su edad, pero está en formación tanto como futbolista como persona todos somos responsables en ese proceso", explica. Lamine Yamal y Georgia, de nuevo Georgia, la oportunidad para cerrar el círculo de los récords.