Turquía consiguió de manera sorprendente el pase a los cuartos de final después de dejar en la cuneta a Austria en uno de los partidos más entretenidos de esta Eurocopa. Los turcos, con el doblete de Demiral, que además podría ser sancionado por unos gestos que hizo en uno de sus goles, desesperaron a los austriacos tanto en el terreno de juego como en la grada con Arda Güler como gran protagonista.
El joven jugador del Real Madrid fue uno de los hombres más importantes de Turquía en este choque. Suyos fueron los dos centros que significaron los dos goles de su selección, así que se convirtió en el blanco fácil de las iras de muchos de los aficionados austriacos en cada acción.
"¿Quién coño es Arda Güler?", se dedicaron a cantar en repetidas ocasiones los hinchas de Austria durante el partido, tratando de mofarse del talentoso futbolista. Sin embargo, la jugada les salió mal a estos aficionados, porque volvieron a entonar este curioso cántico justo antes del córner que significó el segundo gol.
Güler puso el centro al primer palo y allí apareció Demiral para rematar con la cabeza y hacer el 0-2. Tras este tanto, llegó la polémica reacción de Arda Güler, que en lugar de correr a abrazarse con sus compañeros para celebrar el gol, se dio la vuelta hacia la grada y se señaló la oreja de manera desafiante.
Quería reivindicarse el futbolista turco, que ya durante varios minutos antes venía escuchando las soflamas de los austriacos. Incluso en la previa del encuentro, antes de entrar al estadio, se pudo escuchar este mismo soniquete en las calles de Leipzig.
Con personalidad
Arda Güler tuvo que asumir mucha responsabilidad en el partido de octavos de final ante Austria. Su selección, Turquía, partía con el papel de víctima ante un rival que parecía estar un escalón por encima y aspiraba a convertirse en la gran revelación de la Eurocopa, y las cosas parecían todavía más complicadas para los turcos por la baja de Çalhanoglu.
Ante esta ausencia del jugador más emblemático de Turquía, Arda Güler adoptó el rol de falso '9' para tratar de jugar al despiste con la defensa de Austria. La jugada, a tenor del resultado, le salió a la perfección al seleccionador turco pese a que los goles llegaron a balón parado.
Güler sigue levantado alabanzas en su paso por esta Eurocopa. Con tan sólo 19 años está demostrado ser capaz de cargar con el peso de toda una selección a sus espaldas y de aparecer en los momentos más importantes. En los octavos de final fue protagonista con sus dos centros peligrosos en los dos córners que terminaron en gol.
Además, en la fase de grupos marcó uno de los goles más bonitos del torneo en el primer partido contra Georgia. Su zapatazo para batir a Mamardashvili sirvió para ayudar al triunfo de los turcos en aquel encuentro, y ha sido titular en tres de los cuatro partidos que ha jugado su equipo.