Tenía mucha tensión contenida y la expulsó de golpe cuando Mikel Merino marcó el gol que daba el pase a España a las semifinales de la Eurocopa. Álvaro Morata, el capitán y líder del vestuario, estalló eufórico por dos razones radicalmente opuestas: su sentimiento incuestionable por la Selección y su eterna pelea interna por el odio que recibe en su país.
Esta Eurocopa es muy especial para Morata por muchas razones, pero ninguna tan importante como su adiós a la Selección que se podría esconder tras la disputa de este torneo. Él ha dado varias pistas. Quizás es también por ello por lo que cada vez que habla parece hacerlo con el corazón en la mano. Álvaro se desangra en cada declaración en público.
De puertas para dentro, Morata está siendo un capitán ejemplar. Por ejemplo, al día siguiente de eliminar a Alemania salió a entrenar con los suplentes. Intenta preocuparse por todos sus compañeros. De puertas para afuera, sin embargo, su mensaje remarca una infelicidad constante (por las críticas, por los memes...) y muchos creen que no es lo que debería salir de un portavoz de España.
Morata enfila su adiós de la Selección por lo que se puede entrever en sus declaraciones. En las últimas lo ha ido dejando más claro: "Sólo quiero que esto acabe de la mejor manera posible y disfrutarlo, porque también puede ser mi último torneo con la selección", dijo en Cuatro. "Puede ser, es una posibilidad de la que no quiero hablar mucho, pero es probable", afirmó en El Mundo.
En esta segunda entrevista, además, dejó su declaración más sincera a la par que dolorosa: "Soy más feliz fuera, porque la gente me respeta. En España no hay respeto por nada ni por nadie". Así se siente Morata en plena Eurocopa, en la que la Selección vuelve a estar entre las cuatro mejores naciones del continente.
Sin consuelo, lo que dijo Morata en estas entrevistas sacudió aún más el avispero. El Confidencial dedicó al delantero un artículo criticándole bajo el siguiente título: "Morata, un capitán que avergüenza a España y no solo por su pobre nivel en la Eurocopa". El entorno de Álvaro no pudo más.
Alice Campello, mujer del jugador de la selección española y del Atlético de Madrid, respondió públicamente con duras palabras a la publicación de El Confidencial: "Odio hacerme la víctima y hacer más polémica, pero esto no me parece ni medio normal, lo siento", comenzó la esposa de Morata desde su cuenta de Instagram.
"¿Esto es normal? Lo único que veo de pobre nivel es ser periodista, haber estudiado para ello y escribir un titular así cuando España está a un día de jugar una semifinal. Me alucina que en vez de animar a un jugador os dediquéis a intentar hundirlo... ¿Cómo pensáis que una persona puede dar el máximo por su país cuando siente que no se cree en él? ¿Qué se quiere conseguir con el titular? ¿Generar más odio hacia una persona? Enhorabuena, cada uno puede escribir su opinión y cada uno es libre de expresarla y nunca nadie gusta a todo el mundo, pero hay formas y formas de decir las cosas, más aún cuando eres de un periódico y tienes tanto poder de condicionar a los jóvenes. ¿De verdad queremos esto?", señaló la mujer de Morata.
En una segunda storie añadió lo siguiente: "Estos jugadores tienen padre, madre, mujer e hijos que leen estas barbaridades gratuitas. Esta del periódico es un simple ejemplo. Hay que pensar antes de hablar sobre cómo nos sentaría a nosotros mismos lo que estamos haciendo. Repito: cada uno es libre de decir lo que piensa, pero sin ofender. Para gustos los colores pero hay que respetar si queremos respeto".
Morata contra un muro
La polémica sobre el trato que recibe Morata, si el odio es injusto o no, si sus quejas son desmedidas o no, ha alcanzado su punto máximo a horas del partido de semifinales de la Eurocopa contra Francia. El capitán, que será el '9' titular contra los galos, deberá aparcar a un lado su desazón personal para mirar por un colectivo que hasta ahora ha cuidado ejemplarmente.
Morata topa contra un muro. Francia aburre con su juego, pero si algo tiene es una defensa infranqueable. Sólo ha recibido un gol, y fue de penalti, que además se tuvo que repetir, en sus últimos siete partidos. Los de Deschamps no encajan en una acción de jugada desde hace 668 minutos de juego. El capitán de la Selección tiene la que probablemente sea la misión más importante de su carrera, en un momento personal crucial.