La cuarta Eurocopa de España tendrá, como cada gran gesta, a sus grandes ídolos. Si en 2008 fue el gol de Fernando Torres, en el Mundial de 2010 el tanto de Iniesta o en el 2012 el sello de Xavi Hernández, Xabi Alonso o de nuevo Iniesta en el centro del campo, lo de 2024 quedará marcado a fuego por otros nombres propios.
Está claro que una gran parte de los elogios se los seguirán llevando pese al devenir de los años Lamine Yamal y Nico Williams. La irrupción de estos dos jóvenes para ser determinantes y llevar a España al éxito con un fútbol vertiginoso no merece menos, pero está claro que no han sido los únicos hombres clave del equipo.
Hay otro nombre propio que destaca por encima del resto y no es otro que el de Rodri. No en vano, fue designado como el mejor jugador del torneo con total merecimiento. Sin embargo, en un segundo plano también surgen otros héroes más discretos que también reclaman su papel en este triunfo histórico.
Ellos son Marc Cucurella y Fabián Ruiz. Sus casos guardan una cierta analogía porque ninguno de los dos llegó con el papel de titular indiscutible, pero ambos se convirtieron en una apuesta firme de Luis de la Fuente desde el día del debut ante Croacia. Parecía que había otros más en forma en sus demarcaciones, con Grimaldo y Mikel Merino 'amenazando' esos puestos, pero la convicción del seleccionador fue clara.
El ojo clínico del entrenador no falló, a la vista está, y el resultado fue un equipo que maravilló con un juego espectacular y que tuvo a Marc Cucurella y a Fabián Ruiz como dos de sus grandes estrellas. Dos revelaciones para una Eurocopa donde España hizo historia con su cuarto entorchado.
Cucurella y su poderío
La bisoñez de Cucurella como jugador de la Selección no hacía presagiar una Eurocopa como la que ha terminado haciendo el catalán. El lateral izquierdo debutó con España en un partido amistoso en 2021, pero aquello fue poco menos que un espejismo porque desapareció de las convocatorias durante mucho tiempo.
Tanto, que tuvo que esperar casi tres años para volver a vestir la camiseta de la Absoluta. Lo hizo a las puertas de la Eurocopa. Luis de la Fuente se mostró plenamente convencido de que el ex del Getafe tenía que formar parte de la convocatoria y le eligió para su defensa.
Cuatro partidos, tan sólo uno de ellos completo, en los meses previos a la disputa de la Eurocopa fueron el escaso balance de Cucurella con la Selección, pero más allá de los números el seleccionador tenía fe ciega en las cualidades de este jugador por el que el Chelsea desembolsó una buena suma de millones.
Pese a todo, la lógica apuntaba a que el titular en ese lateral izquierdo iba a ser Grimaldo. El valenciano venía de firmar una temporada absolutamente histórica con el Bayer Leverkusen y se había convertido en uno de los hombres revelación del equipo de Xabi Alonso.
Aportaba frescura y profundidad por la banda izquierda, también un gran golpeo a balón parado que podía ayudar a desatascar partidos en momentos puntuales. Y no sólo eso, su estado de forma era espectacular y llegaba como un tiro, pero De la Fuente sorprendió apostando por Cucurella.
El catalán le dio la razón desde el primer minuto. Ya en el partido ante Croacia se pudo ver que el del Chelsea era un auténtico pulmón para el equipo, que su aportación defensiva y ofensiva era inmaculada y que se entendía a la perfección con Nico Williams por la banda izquierda.
El éxtasis de todo esto llegó en la final. Tenía que ser Cucurella el que diera la asistencia del gol definitivo del campeonato, el que anotó Oyarzabal a cuatro minutos para el 90. Un centro raso y tenso fue medido al pie de Oyarzabal y el resto ya es historia. La misma que ha hecho Cucurella con España.
Fabián, el todoterreno
La otra gran firma de esta España la pone Fabián Ruiz. Mucho más experimentado a la hora de defender el escudo de la Selección que Cucurella, el andaluz pasó un periodo de ostracismo en el equipo nacional bajo la última etapa del mandato de Luis Enrique.
Estuvo en la anterior Eurocopa, pero no formó parte del equipo del pasado Mundial de Qatar, así que salió de la rueda de la Selección hasta que Luis de la Fuente le recuperó en cuanto tomó el mando.
Aunque siempre contó con la confianza del nuevo técnico, lo cierto es que tampoco llegó a tener un papel claro de titular indiscutible. De hecho, tampoco lo ostentaba al inicio de la Eurocopa y, como en el caso de Cucurella, parecía que otro iba a tener más protagonismo en su demarcación.
En esta ocasión era Mikel Merino el hombre que 'amenazaba' los minutos de Fabián Ruiz. Un seguro de vida en la mejor Real Sociedad, esa que también practica un fútbol vistoso, atractivo y atrevido, el navarro parecía el hombre llamado a tomar el timón de la creación en el centro del campo.
Sin embargo, la gran apuesta de Luis de la Fuente fue por otro lado y Fabián Ruiz fue el elegido. Otro gran acierto, sin duda alguna, del seleccionador, que parece tener un ojo especial para distinguir cosas que el resto no alcanzan a ver.
Fabián se destapó como una de las grandes revelaciones de la Eurocopa desde el primer día. En el debut ante Croacia fue goleador y asistente, una carta de presentación en toda regla que no era sino el preludio de lo que iba a ser capaz de hacer a lo largo de todo el torneo.
Siempre titular salvo en el intrascendente partido ante Albania, Fabián tuvo una facilidad pasmosa para descolgarse en tareas ofensivas. En el doble pivote con Rodri, era quien tenía más licencia para irse arriba y pisar área contraria, y eso se reflejó en las estadísticas porque cerró la Eurocopa con dos goles y otras dos asistencias.
Fundamental también en la final ante Inglaterra, De la Fuente no quiso prescindir de él ni un solo segundo y con él en el campo llegó el triunfo de España. Un sobresaliente que se ha ganado el aplauso y la admiración de los críticos del fútbol más allá de nuestras fronteras.