La Eurocopa de 2020 podría ser el escenario perfecto para la presentación en sociedad del Steaua. Afeitado, perfumado y ataviado con sus mejores galas (y galones), será parte fundamental del torneo gracias a "un estadio de 25.000 asientos que será mejorado para cumplir con los estándares de la UEFA necesarios para ser sede de algunos partidos". Una oportunidad única para que el club -que ha sido refundado por el Ejército rumano tras una sentencia judicial que obligaba a su antiguo propietario, Gigi Becali, a renunciar a su nombre, su marca y su imagen- pueda recuperar el prestigio perdido en los últimos años... Si es que en 2020 logra estar en la primera división rumana.
El proyecto es claro: comenzar desde la cuarta categoría y sumar un ascenso por temporada para que en cuatro años el Steaua pueda estar entre los 14 mejores del país. Para ello, "el presupuesto estimado para el equipo en cuarta división será de unos 300.000 euros, exclusivamente derivados de las actividades propias del club, es decir, que no es una asignación particular del presupuesto estatal", tal y como desvela a EL ESPAÑOL Cristian Petrea, presidente del club.
"Por el momento, Marius Lacatus -exjugador, exentrenador y expresidente del Steaua- ha sido designado como director deportivo y próximamente él deberá seleccionar al entrenador del primer equipo. Esperamos que otros exjugadores legendarios, que participaron en la Champions League del 86 y la Supercopa de Europa del 87 que ganó el Steaua, acepten formar parte del cuerpo técnico", augura Petrea.
Un club estatal desde 1947
Se trata de una refundación militar del equipo que en 1998 se desligó del Ministerio de Defensa rumano y pasó a manos privadas. Sin embargo, un lustro después de que Viorel Păunescu se hiciese con la mayoría de las acciones, tuvo que vender el Steaua al multimillonario George Becali acuciado por las deudas. Desde entonces, el Ejército ha mantenido un litigio casi constante con el presidente del actual FC Steaua para recuperar la identidad de aquel mítico equipo que deslumbró al mundo al amparo del Gobierno socialista de Ceausescu -en 1986 llegaría a conquistar una histórica Copa de Europa tras ganar al Barcelona en los penaltis- y que había engendrado en 1947, siendo el primer equipo oficialmente registrado de Rumanía.
"No hay ninguna guerra entre el Steaua de las Fuerzas Armadas y el equipo de fútbol de Becali". Quien habla es Marius Lacatus, quien defiende a capa y espada en EL ESPAÑOL el proyecto del Ejército. "Nuestro club ganó en el tribunal más alto del sistema judicial rumano el uso exclusivo de los derechos derivados de la marca 'Steaua'. La única intención de esos pleitos (y los que puedan ser iniciados en el futuro) es proteger la marca 'Steaua' y el patrimonio del club", sostiene.
Él, como tantas otras estrellas de aquel Steaua de los 80, se vio obligado a emigrar a otras ligas europeas tras la Caída del Muro. No sólo por una mera cuestión económica; ni las imágenes emitidas en televisión del asesinato de Ceausescu habían logrado terminar de restaurar la paz y el ánimo en el país, por lo que muchos deportistas escogieron el éxodo. Curiosamente, durante los 90 el Steaua ganó hasta cinco ligas consecutivas y la selección nacional deslumbró en las citas internacionales, especialmente en el Mundial de EEUU de 1994.
Las 31 secciones del Steaua
Unos éxitos que no se limitan al balompié. "Además de la sección de fútbol, tiene otras 31 secciones como el atletismo, boxeo, esgrima, hockey, voleibol, lucha, waterpolo o tiro", defiende Petrea, quien se muestra orgulloso de las "99 medallas olímpicas, 561 campeonatos mundiales, 1.002 medallas en campeonatos europeos y 11.287 títulos nacionales" que acumulan todas las secciones del club. Una defensa que hace extensible a la misma naturaleza estatal del Steaua. "No es el único club de Europa con estas características, aunque quizás sí sea el más famoso", concede.
En lo estrictamente deportivo, la hoja de ruta diseñada por Lacatus contempla una profesionalización progresiva a medida que el club vaya ascendiendo. "Nuestra plantilla la formarán jugadores jóvenes con cierto potencial, que tengan entre 19 y 22 años, así como cuatro o cinco jugadores con más experiencia", explica el director deportivo del Steaua. Para configurarla, no descarta incorporar "en el futuro" a jugadores o miembros del cuerpo procedentes de un país que conoce tan bien como España, donde brilló en el Oviedo en los 90. Eso sí, no quiere ni oír hablar de fichar a jugadores del 'otro' Steaua, el de Becali. "Estamos hablando de diferentes niveles de competición", se justifica.
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