¡Menudas estrellas! A la Roma con 10 años y debut en el Steaua a los 14
Alessandro Cupini es un niño estadounidense que ha logrado esquivar las normas de la FIFA y ha fichado por el equipo italiano. Ianis Stoica marcó gol en su primer partido con el equipo rumano.
27 octubre, 2017 00:39Tiene 10 años y cuenta ya con más de 43.000 seguidores en Instagram, la red social en la que sube vídeos de sus jugadas y fotos con sus ídolos o su familia. También cuenta con un canal en Youtube, administrado por su padre, donde explica sus avances futbolísticos. Alessandro Cupini es un niño estadounidense (de familia italiana) que se ha convertido rápidamente en la esperanza de la Roma. Y sí, ya le han visto como al "nuevo Totti".
Este jovencísimo jugador está causando furor por tres razones: la 'facilidad' con la que ha alcanzado tantos fans en Instagram, donde parece ser ya un gran jugador del fútbol, las previsiones de buen futbolista que ya sobrevuelan sobre él, y por esquivar la dura normativa FIFA que prohíbe a jóvenes de su edad cambiar de ciudad para jugar en otro equipo. Para que se hagan una idea, Messi cambió Rosario por Barcelona a los 13 años. Cupini es 'fichado' por la Roma con tres menos.
Con miles de ojeadores por el mundo, actualmente hasta en partidos totalmente insospechados pueden captar a niños que comienzan a destacar. Por eso la FIFA endureció sus normas y prohibió los fichajes de futbolistas comunitarios menores de 16 años y extracomunitarios menores de 18. Por esta razón fueron sancionados Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid, aunque los blancos lograron rebajar el castigo al presentar pruebas que fueron aceptadas.
El niño que con 10 años esquiva la dura normativa de menores de la FIFA
Dentro de esa norma, la FIFA refleja una excepción que daría por válido el traspaso. Si los padres cambian su domicilio al país donde el nuevo club tiene su sede por razones no relacionadas con el fútbol el fichaje se podría hacer. Y eso es precisamente lo que ha hecho la familia de Alessandro Cupini. Han esquivado la ley de la FIFA y han dejado Estados Unidos para que el joven pueda cumplir su sueño.
A Cupini le ha beneficiado también la ascendencia italiana que tiene, con la que podrá alcanzar de forma más fácil la doble nacionalidad (estadounidense e italiana), algo que ayudará a su futuro. Estudiará en la Rome International School, entrará en la Roma Academy 2018 y, lo más importante, toda su familia vivirá con él en Roma. No solo van sus padres, como se suele hacer en estos casos, que buscarán un trabajo relacionado con el que ya tenían en Kansas, donde llevaban un restaurante italiano desde hace 15 años. También irán sus abuelos. Y su hermana, siete años más pequeña que el precoz futbolista.
"Él me dijo que quería vivir en Roma y quería jugar en el fútbol europeo, que es donde estaban los mejores futbolistas", comentó Eddie, el padre de Alessandro, en una entrevista a The Guardian, que añadió que a lo que se enfrentan es a "un cambio bastante grande, de cultura, de idioma..."
Es tal la pasión del joven Alessandro por el fútbol que sus padres le construyeron un pequeño campo de fútbol en el sótano de su casa. Además de formar parte de la cantera del Kansas City, tiene un entrenador privado. "Todos los días lo primero que me pregunta es que a dónde vamos a entrenar", reconoce su padre. La vida del 'nuevo romano' se basa únicamente en el fútbol.
El padre del niño asegura que "su objetivo es que Alessandro disfrute del juego" aunque no oculta, para eso se cambian de ciudad, país y continente, que "esperemos que llegue a lo más alto". Eddie también explica sus dudas sobre el futuro de su hijo. "Cuando sea adolescente será un punto de inflexión. Si supera esa barrera y se mantiene en la dirección correcta podrá jugar al fútbol", señaló en The Guardian.
El niño con el que sueña Rumania: goleador con el Steaua a los 14 años
Lejos en distancia pero cerca en el mundo del fútbol de Roma está Bucarest. Allí juega el Steaua, equipo histórico que, entre otras cosas, le quitó una Copa de Europa al Barcelona en Sevilla (año 1986). Hoy llamado FCSB por decisión judicial, en el equipo más laureado de Rumanía y uno de los históricos del fútbol europeo debutó otro chaval excesivamente joven.
Ianis Stoica jugó su primer partido este miércoles con el Steaua y lo hizo con solo 14 años (a seis semanas de cumplir los 15). Hijo de Pompiliu Stoica, futbolista que ya jugó en el Steaua (precisamente militando en este equipo nació Ianis), Stoica Jr marcó en el día de su debut al Sanatatea Cluj en la Copa de Rumanía. Hoy es uno de los jugadores con más focos en Rumanía, un país necesitado de una figura que devuelva la ilusión a un país que se ha quedado fuera del próximo Mundial de Rusia.
"Creo que voy a escribir un libro sobre este partido", comentó Stoica, que aseguró que "cuando el cuerpo técnico me dijo que comenzara a calentar, me temblaron las piernas"¡Estoy cumpliendo un sueño!". Su cara de niño se mezclaba con la alegría imborrable que tenía. Es un hito dentro del fútbol de alto nivel.
A diferencia de Alessandro Cupini, Ianis no tuvo que viajar con su familia ni fue fichado por un gran club (todavía). El juega en el equipo de su ciudad, donde vive con su familia y no necesitó de una gran mudanza para cumplir su sueño. Ese es una importante diferencia respecto al caso del otro niño.
Además, este niño rumano cuenta con la ventaja de poder tener experiencias de primera mano en su familia. "Mi padre explicó lo difícil que es vestir esta camiseta", comentó el chaval. "He jugado al fútbol desde los ocho años y mi vida está dedicada a este deporte. A veces entreno dos veces al día. El sueño de todos los futbolistas es jugar para el Steaua. Incluso durante el entrenamiento es complicado para mí llevarla puesta", añadió.
Alessandro e Ianis son dos de las nuevas caras del fútbol, un deporte en el que cada vez la mediatización llega más rápida a los más jóvenes. La precocidad cada vez es mayor y los clubes se fijan en todos los detalles. Ahora es raro que un niño comience a jugar bien y a destacar en sus equipos, por muy pequeños que sean, y no haya un conjunto grande que le tantee.
Están las estrictas normas de la FIFA, pero ya se ha visto que en determinados casos se pueden esquivar. Eso sí, se necesita una familia que crea al completo en las capacidades del niño y que cuente con la capacidad económica y social para mudarse. Puede salir bien o puede salir mal. Pero así es el fútbol del siglo XXI. Global. Sin barreras.