El videoarbitraje tenía una prueba de fuego en este Mundial de Clubes y, por ahora, la suspende. El último torneo organizado por la FIFA antes del Mundial de Rusia ha visto como el VAR todavía tiene muchas cosas que mejorar. Lo que pasó en el Al-Jazira - Real Madrid fue esperpéntico, algo que no ayuda al fútbol.
Y también un desastre. Casemiro marcó un gol con un cabezazo dentro del área en el minuto 30 pero el árbitro brasileño Sandro Meira lo anuló al pitar falta del jugador del Real Madrid sobre un defensor del Al-Jazira. Ante la indignación de Casemiro, que protestó de forma ostensible, el colegiado preguntó a sus asistentes y a los pocos segundos dio como válido el gol. Sus ayudantes le habían corregido.
Cuando Casemiro ya estaba celebrando el que era el 0-1 en el partido de semifinales del Mundial de Clubes el árbitro pidió calma y paró el juego. Había pasado un minuto del tanto del Real Madrid y nadie sabía que pasaba. El trencilla brasileño se dedicó a hablar por su pinganillo pero el resultado oficial era el de 0-1.
Todo cambió cuando Sandro Meira hizo el gesto de la televisión, que significaba que recurría a una de las pantallas que tiene en una banda del campo. Hasta allí se fue y, tres minutos después de que ocurriera el gol, el colegiado vio un fuera de juego de Benzema que, según su criterio, influyó en el juego. El remate en el gol había sido de Casemiro pero el delantero francés intervino en la jugada. Eso anulaba el tanto, por lo que el encuentro recuperaba el resultado de 0-0.
En algo más de tres minutos, se pasó de falta de Casemiro en el gol a dar por válido el tanto a finalmente anularlo por fuera de juego de Benzema. Una locura que indignó a los jugadores del Real Madrid, a los que también les dejó fríos y descolocados ante el mal funcionamiento del VAR. Tanto que acabaron recibiendo un gol y acabaron perdiendo por 1-0 al descanso ante el débil Al-Jazira.