Si hay un país que vibra por el fútbol ese es Brasil, quien ha regalado varios de los mejores jugadores de la historia de este deporte, por lo que sigue sin ser raro que sea el país con más campeonatos mundiales a sus espaldas: cinco.
Fruto de esa pasión por el balón, en Brasil todo aquél que crece futbolísticamente adopta un apodo, un nombre con el que después ser reconocido y triunfar, en términos de denominación, más rápido que el resto. Así tenemos a grandes de la historia que adoptaron unos motes imposibles ya de olvidar: 'Pelé' (Edson Arantes do Nascimento), Kaká (Ricardo Izecson dos Santos Leite), Garrincha (Manuel Francisco dos Santos), Rivaldo (Vítor Borba Ferreira Gomes), Bebeto (José Roberto Gama de Oliveira), Cafú (Marcos Evengelista de Moraes), Dunga (Carlos Caetano Bledorn Verri)... La lista es muy larga.
El motivo se remonta a cuando Brasil era una colonia portuguesa. En la tradición portuguesa las personas tenían cuatro nombres, por lo que era muy difícil quedarse con todos ellos. Para facilitarlo, se colocaba un nombre identificativo para el que no hubiera problemas recordar. Podía ser un apodo totalmente nuevo, un diminutivo del nombre... todo para dejar huella, para imponer un estilo con el que ser reconocido. Todos, claro, tienen su historia.
El fervor por coger un apodo identificable ha llegado a tal punto que el fútbol brasileño se ha encontrado con infinidad de motes, la mayoría de ellos de jóvenes futbolistas que rondan los 20 años y que dan para soltar alguna carcajada. Playboy, Cabecinha, mini-Messi, Pelezinho, Pitoco... el repaso a los nombres de los jóvenes futbolistas brasileños es un gran descubrimiento.
Por ejemplo, podemos ver que existen apodos que hacen honor a comidas (Pimentinha, Macarrao...), otras que son parte del cuerpo (Cabecinha, Lucas Pezao, Maozinha), motes que apelan a la naturaleza (Montanha) o a animales (Matheus Pitbull). Pero también hay apodos que homenajean a otros futbolistas, ya que hay jugadores actuales que se hacen llamar Balotelli, Mathaus, Ilgner, Guti, Eto´o, Gullit o Asprilia. Y no, no son los originales, son sus 'herederos'.
También hay otro jugador que se hace llamar Barcelona, quizá por su corazón culé, otro que se apoda 6D, sin que se haya llegado a entender la razón, o Playboy, con nombre real Fabricio Melo Sousa, capitán del equipo Maranhao Atlético Clube, llamado así posiblemente por su seguimiento a la conocida revista.
Otros directamente se hacen llamar como sus ídolos. Por ejemplo, en este mismo equipo Maranhao juega Luis Fernando Marques Cardoso, que ha elegido como apodo 'Mini-Messi'. Un buen nombre para querer triunfar en el fútbol. Quizá te pueden confundir.