El fútbol en Brasil destaca no solo por sus jugadores y los destellos que dejan día tras día, fama que les hizo ganarse el apodo del país del jogo bonito. También suele ser noticia por la violencia que hay en sus partidos, el último capítulo se ha vivido en la Copa después del partido que enfrentaba a Cruzeiro y Palmeiras en semifinales.
El actual campeón, Cruzeiro, llegaba con ventaja al partido de vuelta después de vencer 0-1 en Sao Paulo. En el emblemático estadio del Mineirao se disputó el segundo partido y los ánimos se calentaron y provocaron que después del pitido final del coleagiado hubiese una brutal batalla campal. El encuentro comenzó con el gol de Hernán Barcos para los locales y después empataría un viejo conocido de la afición española, Felipe Melo.
El partido finalizó en empate y tras varias trifulcas entre jugadores de ambos equipos, comenzó la pelea. El futbolista de Cruzeiro, Sassá, le propinó un brutal puñetazo a Mayke y provocó que futbolistas y cuerpo técnico entrasen en una escandalosa lucha que dejó a todo el mundo atónito y que también se extendió a las gradas del estadio.
El conflicto acabó con dos futbolistas expulsados, uno por cada equipo, Sassá por parte de los locales y Diogo Barbosa de los visitantes. Finalmente el actual campeón podrá defender su título en la final frente a Corinthians que ganó en la otra semifinal a Flamengo, después de vencer por 2-1. La gran final se disputará a ida y vuelta el próximo mes de octubre los días 10 y 17.
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