Si este martes se aplazaba el encuentro de Copa de Italia entre la Juventus y el Milan, no ha tardado en llegar la decisión de suspender también el otro partido entre el Nápoles y el Inter. En el primero de los casos se elucubró en un inicio con la posibilidad de que se jugara a puerta cerrada, pero en la noche de este martes llegó la orden desde el Prefecto de que no se disputara.
Según ha adelantado La Gazzetta dello Sport, el encuentro que se debería disputar este jueves en Nápoles, una zona no considerada de riesgo por el momento, no lo hará finalmente debido a la amenaza por el coronavirus y a la recomendación del gobierno de suspender los eventos deportivos fijados para los próximos 30 días.
Anoche, el director general de operaciones del Inter, Beppe Marotta, ya adelantaba que se adaptarían "a lo que se decida". Según apunta la información, Aurelio De Laurentiis se habría mostrado de acuerdo con la propuesta de calendario que habría formulado la Federación Italiana de Fútbol y el organismo que organiza la Serie A.
Pendientes en España
Esta suspensión abre un nuevo panorama con respecto a los partidos de Champions League y Europa League con presencia de clubes italianos que afectan a los equipos españoles. El Barça tiene que disputar el 18 de marzo la vuelta de los octavos de final ante el Nápoles en Barcelona. En principio, después de la recomendación de celebrar a puerta cerrada determinados eventos deportivos que hizo el Gobierno español este martes, el encuentro no debería de verse afectado.
Pero el hecho de que Nápoles se vea afectada por esta cancelación podría hacer cambiar de opinión y que la situación se contemple desde el punto de que la ciudad napolitana comience a ser vista como un punto de infección. Lo mismo sucede con la ida y la vuelta de los octavos de final de la Europa League que deberían jugar la Roma y el Sevilla los jueves 12 y 19 de marzo.
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