El coronavirus azotó con fuerza a Italia. El país transalpino ha visto como los contagiados crecían día tras día evolucionando hacia unas cifras más que preocupantes que llevaron al Gobierno a tomar la decisión de cerrar el país e imponer medidas de confinamiento a toda la población.
Los equipos de la Serie A también fueron cesando su actividad en función que iban surgiendo positivos en el seno de los clubes. Primero fue la Juventus con Daniele Rugani. Después la Sampdoria con Manolo Gabbiadini y otros cinco contagiados más. Todo desembocó en la recomendación desde la Federación de cancelar entrenamientos y que las entidades establecieran trabajo individualizado para sus jugadores que pudieran hacer desde sus casas.
Pero alguno ha estado a punto de quedarse sin casa. Christian Eriksen llegó el pasado mercado invernal al Inter. El danés abandonó Londres y el Tottenham Hotspur y, como no tenía aún claro donde vivir, si en el mismo Milán o más cerca de la ciudad deportiva del equipo italiano, se hospedaba en un hotel de la ciudad de Lombardía. Pero, con la crisis del COVID-19, la hostelería clausuró su actividad y el nórdico se quedó sin hogar. El club reaccionó rápido y le encontró un apartamento para que no se quedase en la calle.
Pudo acabar en Madrid
El centrocampista no tuvo claro su fichaje por el Inter. Eriksen estuvo debatiéndose entre París, donde el PSG se había mostrado interesado, y Madrid, donde el Real Madrid le había abierto las puertas durante el pasado verano. Finalmente, la propuesta de Antonio Conte fue la más atractiva para el danés y recaló en el equipo milanista.
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