La Superliga Europea ha provocado un gran terremoto en el fútbol europeo, pero más si cabe en Inglaterra donde decenas de aficionados de las facciones más radicales de los seis grandes clubes de la Premier League se han lanzado a las calles para protestar por lo que consideran que es suyo.
La ferviente devoción que se vive por el deporte rey en Inglaterra y el hecho de que nadie haya parado durante años la locura de este tipo de grupos ha terminado provocando que tengan la firme convicción de que ellos son los dueños de los clubes y del fútbol en general. Por ello, cuando sucede algo que no entra dentro de sus mentes y que por lo tanto no les gusta, se dedican a tomarse la justicia por su mano y a provocar el caos, escenario en el que este tipo de gente se mueve como pez en el agua.
El conocido como 'Big Six' de la Premier League decidió ejecutar su entrada a la Superliga Europa en lo que era un movimiento estratégico de la liga más potente del mundo para apostar por el proyecto más ambicioso de la historia del fútbol con el objetivo de salvar la diezmada situación económica de un deporte que se ha ido devaluando con el paso de los años.
Por ello, con el Manchester United a la cabeza, tanto City, como Liverpool, Arsenal, Tottenham y Chelsea, decidieron dar un paso al frente y unirse a este proyecto relanzado por la Juventus y el Real Madrid. Un cambio histórico para el fútbol buscando la potenciación de la competitividad y el espectáculo en favor de los aficionados de todo el mundo. Un movimiento estratégico que provocaría la caída del poder de asociaciones como la UEFA, la FIFA, las federaciones nacionales y la dirección de las ligas domésticas.
La Superliga Europea suponía la potenciación de los clubes y las competiciones en detrimento de los dirigentes, hecho por el cual, el proyecto ha terminado quedando en pausa ante el alarmismo que desde la UEFA se ha vendido al mundo y que ha terminado calando muy hondo en los aficionados, sobre todo en Inglaterra.
Los aficionados de equipos como el Chelsea, el City o el Liverpool decidieron echarse a la calle para protestar contra un proyecto en el que sus propios clubes estaban de acuerdo, haciendo cambiar así su opinión. Sin embargo, para muchos que demuestran que les mueve más el destrozo que el supuesto amor a su club, el inicio de los trámites para salir de la Superliga de los clubes ingleses no ha sido suficiente.
Incidentes en Carrington
Por ello, esta misma mañana, un grupo de radicales del Manchester United han decidido asaltar la ciudad deportiva de Carrington de los red devils para protestar contra los dueños del club, los Glazers, quienes decidieron apoyar a Florentino Pérez desde el comienzo en su magnánimo proyecto.
Las imágenes que se han producido en las últimas horas han sido realmente lamentables, demostrando que la única intención de los aficionados y seguir teniendo el control y el poder sobre las instituciones a partir de la violencia y de las amenazas y no a través de los sentimientos, esos que la UEFA ha intentado usar en las últimas horas en su beneficio.
El Manchester United, que cambiará de manos a finales de año tras el adiós de Ed Woodward, está viviendo unas últimas horas bastante convulsas, ya que este grupo de ultras ha bloqueado las salidas de la ciudad deportiva y se ha adentrado incluso hasta el campo de entrenamiento del primer equipo. Allí, tal y como informa la BBC, ha tenido que ser el propio Ole Gunnar Solskjaer, entrenador del United, quien intentara apaciguar los ánimos.
Estos ultras entraron con pancartas en las que se podían leer proclamas como "nosotros decidimos cuando jugáis". El club ha reconocido en un comunicado los hechos: "Aproximadamente a las 9.00 horas de la mañana un grupo accedió al campo de entrenamiento del club. El entrenador y otros miembros del personal hablaron con ellos. Los edificios estaban seguros y el grupo ya ha abandonado el lugar". The Athletic apunta que, además de Solskjaer, también hablaron con los radicales los históricos Carrick y Fletcher, y Matic, con la intención de rebajar la tensión y calmar los ánimos. La policía británica se personó en los campos de entrenamiento del United, pero finalmente no hubo detenidos y se pudo desalojar la zona sin incidentes.
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