La Superliga Europea sigue dando mucho de qué hablar. Como bien afirmaba Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y del nuevo proyecto para remodelar el fútbol, esta nueva idea que estalló hace algo más de una semana sigue estando vigente, no solo por los acuerdos que tienen firmados los clubes fundadores, sino porque cada día se descubren más capítulos de esta rocambolesca historia.
El último ha señalado directamente al que hasta ahora había pasado como uno de sus grandes enemigos y que, al parecer, no pasa de ser una persona que ha ido cambiando de opinión según soplaba el viento y según se iban produciendo los acontecimientos. Se trata de Boris Johnson, uno de los instigadores que ha ayudado a que el proyecto se detenga por el momento.
El primer ministro británico, en clara colaboración con la UEFA y la FIFA, instó a los equipos ingleses a salirse de la Superliga Europea hasta el punto de llegar a amenazarles. Se empezó a hablar de control en los derechos televisivos e incluso de pérdidas de la plaza para disputar la Premier League. Al final, estas filtraciones y la presencia de un equipo como el Manchester City, situado claramente al lado de su socio el PSG, terminaron haciendo que Chelsea, Liverpool, Arsenal, Tottenham y Manchester United decidieran dar un paso al lado.
Tras eso han llegado el conocimiento de una nueva inyección de capital por parte de la UEFA de más de 6.000 millones de euros y algún que otro favor en las concesiones referentes a la Eurocopa de este verano con la ciudad de Londres. Y más historias que todavía queden por salir en el cortijo de Aleksander Ceferin.
Sin embargo, lo que también se ha conocido recientemente y que ha sido publicado por el medio británico Sunday Times, es que la postura de Boris Johnson, que condenó públicamente la Superliga, podría no ser tan firme y podría haber variado considerablemente. Tanto como para primer decir que sí y luego que no.
"Los planes para una Superliga europea serían muy perjudiciales para el fútbol y apoyamos a las autoridades del fútbol a tomar medidas. Golpearían en el corazón del juego doméstico y preocuparán a los fanáticos de todo el país. Los clubes involucrados deben responder a sus fanáticos y a la comunidad futbolística en general antes de tomar medidas adicionales".
Problemas para Jonshon
Esto fue lo que expresó a través de sus redes sociales y lo que ha mantenido en todas sus apariciones. No obstante, tal y como publican en el Reino Unido, Boris ya estaba al tanto del proyecto de la Superliga e incluso se había mostrado claramente a favor. Así se lo habría comunicado al presidente del Manchester United Ed Woodward, quien habría mantenido una reunión con él y con su jefe de gabinete, Dan Rosenfield, en la residencia oficial del primer ministro en el 10 de Downing Street.
Tras aquel encuentro, Woodward se marchó convencido de que había hecho lo correcto al contar con el apoyo de Boris Johnson en esta empresa tan difícil. Sin embargo, el primer ministro ha terminado siendo uno de los principales opositores al proyecto y ahora muchos le piden explicaciones sobre si era verdad que sabía lo que estaba sucediendo, si se produjo dicha reunión y si en un principio se mostraba favor de esta idea.
Jo Stevens, miembro del Parlamento por el Partido Laborista, ya se ha apresurado a pedirle explicaciones sobre la verdad del asunto: "El público tiene derecho a saber qué le prometieron exactamente al Manchester United tanto los funcionarios como el primer ministro. Si Johnson dio su respaldo a la Superliga europea y luego se volvió públicamente contra el plan, entonces el pueblo británico merece una explicación y una disculpa completa, clara e inmediata". Veremos si Boris decide pronunciarse o si guarda silencio en un asunto que cada le salpica más de cerca.
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