Neymar ha vuelto a vivir una situación traumática en Francia, pero esta vez no ha sido a causa de una lesión o por las muchas patadas que recibe de sus adversarios, los cuales le marcan con bastante más dureza de lo que lo hacían en España. Esta vez ha cargado contra los árbitros, y concretamente contra uno.
El PSG se clasificó este miércoles para final de la Copa de Francia tras vencer en la tanda de penaltis al Montpellier tras un partido que tuvo dominado y en el que puedo sentenciar a su rival mucho antes, pero que dejó escapar una vez más fruto de su fragilidad defensiva. El doblete de Mbappé no fue suficiente para ahorrarle un mal rato a la afición parisina que tuvo que esperar hasta la tanda final para poder celebrar el pase.
Y todo, producto de la enorme debilidad que ha inundado al equipo tras caer en las semifinales de la Champions frente al Manchester City. El conjunto de Mauricio Pochettino parece otro completamente ya que en las últimas semanas se han quedado sin el gran premio europeo y se han complicado y mucho su futuro en una Ligue 1 que ahora mismo tienen prácticamente pérdida.
Sí podrán pelear por ganar la Copa de Francia, aunque quien no podrá hacerlo será Neymar, ya que ha sido sancionado y no podrá jugar la final. Esta polémica y dura decisión para el brasileño ha hecho que el jugador vuelva a ver la cara más amarga del fútbol, esa que en París viene a visitarle con más frecuencia que en Barcelona.
Neymar saltó al terreno de juego en el minuto 86 ya que Pochettino le había dado descanso, esperando que su equipo pudiera obtener el billete para la final sin la necesidad de que el brasileño acumulara más minutos. No puedo ser así, ya que en el minuto 83 Delort igualaba la contienda. Rápidamente, el técnico argentino llamó a su estrella para buscar el milagro o, al menos, poder tener un lanzador más eficiente para los penaltis.
Neymar, sin final
Lo peor de todo llegó cuando en el minuto 90, solo unos minutos después de haber pisado el terreno de juego, Neymar cometió una falta sin demasiada gravedad. Aún así, el colegiado no lo dudaba y le mostraba la cartulina amarilla que le implicaba una sanción de cara a la final y, por lo tanto, perderse el partido que decidiría el título en caso de que el PSG terminara ganando el choque.
Neymar, que vio claramente como no jugaría la final desde que el árbitro se echó la mano a su bolsillo, no daba crédito, no se lo podía creer, y se guardó su frustración hasta el final del encuentro para criticar al colegiado a través de sus redes sociales: "Juego cinco minutos, hago una falta y me saca la amarilla sin pensar... Gracias por sacarme de la final. Creo que se lo tomó a lo personal". Ese fue el duro ataque de la estrella brasileña contra la cruel decisión de Jeremie Pignard.
Tras eso, el encuentro se fue a la prórroga y después hasta los lanzamientos desde el punto de penalti. Allí, Neymar cumplió con su cometido anotando el quinto y permitiendo que el PSG siguiera vivo en la contienda. Fue Moise Kean el encargado de meter al PSG en la gran final, esa en la que Neymar no podrá estar por sanción.
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