Sudamérica se preparaba para su gran partido, un Brasil - Argentina que podía decidir muchas cosas en la clasificación para la próxima Copa del Mundo de Catar 2022. Sin embargo, todo quedó a un lado cuando estalló el desastre. Las autoridades brasileñas detuvieron el encuentro y saltaron al campo para detener e intentar deportar a cuatro futbolistas de La Albiceleste. Ahí comenzó todo.
Nadie daba crédito a lo que estaba sucediendo sobre el terreno de juego del Neo Química de Brasil cuando diferentes agentes de sanidad y seguridad del estado brasileño irrumpieron en el césped con la intención de llevarse a Emi Buendía, Lo Celso, Emiliano Martínez y Cristian Romero.
Esto provocó un parón eterno en el partido que terminó derivando en la suspensión del choque por parte del colegiado después de más de 30 minutos de conversaciones, carreras altercados y forcejeos. Con Neymar, Dani Alves y Tité por parte de Brasil y con Messi y Scaloni por parte de Argentina, ambos equipos intentaron buscar consenso, pero las negociaciones estaban rotas.
El conjunto albiceleste no estaba dispuesto a seguir con el partido si le faltaban cuatro jugadores, tres de ellos titulares, pero ante lo que no daban crédito es a que la situación no se hubiera detenido antes, ni en los tres días que llevaban concentrados en Brasil, ni durante los controles policales en el hotel previos al partido, ni en todos los minutos anteriores al pitido inicial. Pero 4 minutos después de formó el lío.
Y como no podía ser de otra manera, Messi estalló y habló claro ante la situación que estaban viviendo y que nadie podía entender: "Hace tres días que estamos acá. Esperaron a que empezara el partido, ¿por qué no avisaron antes, por qué no fueron al hotel? Avisaban y listo. Nos está mirando el mundo".
Messi ponía voz generalizada a todo el sentir del plantel argentino que no daba crédito a la situación que estaban viviendo y es que nadie sabía por qué se había permitido la celebración y el comienzo del choque si cuatro minutos después se iba a interrumpir dejando un lamentable espectáculo.
La versión de Argentina
Por su parte, quien también habló y participó del debate fue el técnico argentino Lionel Scaloni, quien estaba realmente enfadado y fuera de sí por sentirse protagonista de un bochorno semejante en el partido de fútbol más grande e importante que se puede ver en toda Sudamérica y con el escaparate de un Mundial delante.
"Me pone muy triste, ni busco culpables, la verdad. No era el momento para hacer esto, era una fiesta del fútbol... y termina en esto. Somos las víctimas, Brasil quería jugar también. Nadie nos avisó de que no podíamos jugar este partido con esos jugadores".
Por último, quien quiso mostrar su punto de vista de lo sucedido fue el presidente de la AFA, 'Chiqui' Tapia, tan sorprendido como sus propios jugadores: "Acá no se puede hablar de ninguna mentira porque hay una legislación sanitaria bajo la cual se juegan todos los torneos sudamericanos. Las autoridades sanitarias de cada país aprobaron un protocolo que venimos cumpliendo al máximo. Lo que se vivió hoy es lamentable para el fútbol, es una imagen muy mala. Cuatro personas ingresaron a interrumpir el partido para hacer una notificación y Conmebol solicitó a los jugadores que se fueran al vestuario".
[Más información: Escándalo en el Brasil - Argentina: se suspende por querer deportar a cuatro jugadores en pleno partido]
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