El 18 de diciembre saltaba la bomba en Brasil. Ronaldo Nazario, para muchos el mejor delantero de todos los tiempos y uno de los mejores futbolistas de la historia, se convertía en el nuevo propietario mayoritario del Cruzeiro, un histórico del balompié brasileño. El 'Fenómeno', ya retirado de la práctica deportiva, se ha pasado a los despachos.
Su primera aventura la llevó a cabo en España. De hecho, sigue viva, al menos de manera oficial, ya que en Valladolid no están del todo de acuerdo con esa afirmación. Ronaldo se hizo cargo del club al ser su nuevo dueño bajo la promesa de hacer grande a un club legendario del fútbol español. De momento, bajo su mando, han consumado su caída al infierno de la Segunda División y ahora esperan poder regresar a Primera cuanto antes.
Si su aventura en Valladolid no parece ir del todo bien, la que ha emprendido hace menos de un mes en el Cruzeiro no ha empezado de mejor forma. Ronaldo Nazario, en solo unas semanas al frente del club, ya ha tenido que lidiar con varias polémicas y parte de la afición está pidiendo su salida y comenzando una campaña de acoso y derribo contra su figura. Nazario comenzó a despuntar en las filas del equipo de Belo Horizonte, pero ahora está muy cerca de convertirse en persona non grata.
Primeros problemas para Ronaldo
Los primeros problemas para Ronaldo Nazario a su llegada al Cruzeiro han tenido que ver, como en casi todas las operaciones de este tipo, con el dinero. El histórico delantero aceptó la tasación del paquete accionarial que iba a adquirir, un total del 90%, por un valor de 62,5 millones de euros.
Sin duda, una cantidad realmente elevada teniendo en cuenta que Ronaldo, más allá de sus ganancias a través de contratos deportivos y publicitarios, no es una persona que amase una fortuna inmensa llegada desde alguna empresa que no cese de facturar. El brasileño decidió poner su dinero, que no es poco, al servicio del club para que este intente recuperar su grandeza y, con el tiempo, rentabilizar también su inversión.
No obstante, la realidad es que el nuevo negocio de Ronaldo podría tener unos costes más elevados de los que él y su equipo de asesores habían imaginado en un principio. A los pocos días de conocerse la compra del club por parte del exgoleador de la Canarinha, se hizo pública también una deuda del Cruzeiro que, como todo hacía indicar, tenía que ser asumida también por el nuevo propietario mayoritario.
La entidad celeste tenía una deuda adquirida previamente que rozaba los 8 millones de euros. Tal y como se transmitió desde el club en su momento, se estudiaba la posibilidad de que Ronaldo pudiera hacer frente a ese enorme pago que ahogaba en cierto modo al equipo. "Él pagará la deuda. En teoría, el déficit es de la asociación, pero hay que pagar, si no no hay fútbol. El año próximo tendremos otro desembolso grande por el fichaje de Rodriguinho, que se compró y una vez más no se pagó. Si no me equivocó, son más de 30 millones de reales".
Así lo transmitía el presidente del club, Sérgio Santos, con quien Ronaldo ha tramitado la compra del Cruzeiro. Sin duda, un recibimiento nada positivo para el brasileño que antes de llegar ya tenía que mirar en su cuenta corriente para poder darle aire al club sin que eso fuera tener una repercusión en el terreno de juego.
"Como seguidor del Cruzeiro y actual presidente, Ronaldo como inversor y ustedes como aficionados, queremos garantizar un buen funcionamiento el próximo año, sin retrasos en los sueldos y sanciones en la FIFA. Es la inversión realizada a lo largo del tiempo la que garantizará nuestro desempeño deportivo en 2022". Esos casi 8 millones de euros, unos 50 'kilos' de reales, procedían de varias operaciones como las de Duvier Riascos, Giorgian de Arrascaeta y Rodriguinho Marinho que estaban todavía sin terminar de amortizar.
Enfrentamientos con la afición
Sin embargo, Ronaldo no solo ha tenido contratiempos administrativos y económicos desde su llegada, sino que también ha vivido sus primeros problemas deportivos. El resultado de estos ha sido incluso peor, ya que se ha echado encima a gran parte de la afición del club que ahora pide su salida cuando hace unas semanas estaba considerado como el salvador.
Una de las primeras decisiones de Ronaldo para intentar reconducir el rumbo del equipo fue prescindir de su entrenador, el mediático y polémico Vanderlei Luxemburgo. A su llegada, se dio la curiosa situación de que Luxemburgo, técnico muy conocido en Brasil, había sido entrenador del propio Ronaldo durante su etapa en el Real Madrid.
A Luxemburgo no le fue nada bien en la 'Casa Blanca'. Fue un movimiento que pocos entendieron y que resultó ser calamitoso, y parece que en esta segunda etapa en la que su camino se ha cruzado con el de Ronaldo tampoco le ha ido mejor. El astro brasileño impulsó su cese tras su llegada y el elegido para sustituirle ha sido el uruguayo Paulo César Pezzolano. El objetivo del técnico charrúa no será otro que devolver al Cruzeiro a la élite del fútbol brasileño ya que en estos momentos se encuentra en la Serie B.
Pero el gran cisma entre Ronaldo y la afición del celeste y que amenaza con abrir una fractura incurable tiene que ver con otra decisión y con otro cese. Se trata del protagonizado por Fabio, toda una leyenda del club y que cuenta con el cariño y con el favor de una hinchada que le idolatra.
La cruzada de La Raposa, entre su antiguo ídolo y el actual, tienen claro que están del lado de Fabio, que lleva 18 temporadas en el club y que dirá adiós tras la llegada de Ronaldo a la presidencia. El portero se ha convertido en un emblema del club y la afición no le perdona que vaya a prescindir de su figura.
Esta situación se ha unido a la cancelación de las celebraciones por el aniversario de la entidad debido a las restricciones sanitarias. El Cruzeiro ha vivido en plena pandemia sus 100 y 101 cumpleaños. Además, Ronaldo ha vivido en primera persona este drama al haber dado positivo por Covid-19 hace escasas semanas.
Sin embargo, el gran dolor era el comunicado que anunciaba el adiós de Fabio. Decenas de personas se concentraron frente a las oficinas del club para insultar e increpar a Ronaldo y al resto de la junta directiva. Esta persecución y acoso siguió durante varios días a través de las redes sociales.
Debido a la grave situación, el Cruzeiro emitió un comunicado oficial reconociendo que habían hecho una oferta razonable en tiempo de juego y salario a Fabio considerando su condición de leyenda, pero también sus 41 años en perspectiva del plan de futuro que tiene el club para crecer. Este no aceptó la propuesta recibida y sus caminos se separaron a pesar de que la intención de la directiva celeste era su continuidad.
Sea como fuere, lo cierto es que Fabio ya es historia y ahora quien está al borde del precipicio es Ronaldo, que no gana para disgustos en sus primeras semanas como dueño del Cruzeiro. Una operación mucho más movida y tortuosa que su llegada a Pucela.
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