Susto grande en Turquía. El partido de Copa entre el Ankaragücü y el Besiktas dejó una de las imágenes del año y eso que todavía estamos abriendo el 2023. Pero la realidad es que pocas veces se ha visto un comportamiento tan salvaje en un terreno de juego como el protagonizado por uno de los ultras del equipo local.
El partido, que estaba siendo realmente caliente, tuvo que interrumpirse porque un aficionado presente en el estadio lanzó nada más y nada menos que un puño americano a un jugador del Besiktas. Concretamente fue Gedson Fernandes quien recogió este arma del terreno de juego y quien inmediatamente se dirigió al cuarto árbitro para entregárselo.
El futbolista del Besiktas no daba crédito a lo que estaba viviendo y salió del terreno de juego con cara de sorpresa porque, como muchos de los aficionados que presenciaban atónitos la escena, no habría presenciado nada similar en un terreno de juego y es que la situación fue de lo más surrealista y de lo más esperpéntica.
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El jugador visitante recogió el arma y se lo entregó al equipo arbitral para que estos pudieran anotarlo en el acta. Una imagen impactante que ha conmocionado a todo el fútbol turco y que ha marcado la presente ronda de la Copa en el país. El suceso se produjo mediada la segunda parte cuando los locales vencían por 1-0.
No hubo que lamentar daños
Hay que decir que, afortunadamente, el puño americano no impactó en ninguno de los jugadores del Besiktas, ya que de haberlo hecho, podría haber ocasionado una grave lesión. Un golpe de un arma de este tipo en la cara o en la cabeza podría haber provocado una grave tragedia.
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En estos momentos se está buscando al aficionado que lanzó este puño americano desde una de las gradas del Ankara Ondokuz Mays Stadium. Quien se percató de lo sucedido fue el jugador del Besiktas Gedson Fernandes, que estuvo cerca de recibir este impacto y que no dudó en alertar al árbitro de lo que estaba pasando. Un episodio muy grave que vuelven a protagonizar los ultras en un partido de fútbol y en un país como es Turquía, donde siguen teniendo gran poder en los clubes más importantes del país.
Los campos otomanos siempre han sido territorio hostil para el resto de clubes en competiciones europeas. Sin embargo, entre ellos también se producen situaciones tan alarmantes como estas y es necesario perseguir para que no causen alguna desgracia. Desde evitar el lanzamiento de objetos al campo hasta impedir que un aficionado pueda entrar con un arma al recinto deportivo.