El Manchester City no sacó un buen resultado de su primer partido de octavos de final de la Champions. Los de Pep Guardiola empataron a domicilio contra el RB Leipzig en uno de los cruces que parecían más desiguales a priori. De hecho, la buena primera parte de los citizen hacía presagiar que el partido podía terminar en goleada.
Sin embargo, lo que parecía ser una gran oportunidad para que Erling Haaland ampliara sus números goleadores terminó tornándose en una pesadilla que provocó que los de Guardiola regresen a Mánchester con todo por resolver. A pesar de que el técnico catalán aseguró que no esperaba que la eliminatoria quedara resuelta a su favor en Alemania, seguramente en su fuero interno sí contaba con un obtener un mejor resultado.
Ese empate a un gol no solo deja todo abierto, sino que da alas a los de Marco Rose para intentar dar la machada de tumbar a uno de los mayores presupuestos de Europa. El gol de Gvardiol en el minuto 70 del segundo tiempo igualó fuerzas con el conseguido por Mahrez y mandó al traste el plan de Pep, quien intentó detener la velocidad en transición de los de Rose abusando del juego de posesión.
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Tras el partido, Guardiola pasó por rueda de prensa e intercambió opiniones con algunos periodistas en una comparecencia que fue subiendo poco a poco de tono, sobre todo porque al entrenador le reclamaron que por qué no agotó todos los cambios para conseguir marcar un segundo gol que les hubiera dado el triunfo y la tranquilidad.
Las excusas de Guardiola
De hecho, Pep no hizo ni una sola sustitución mientras que el Leipzig sí agotó todas sus variantes: "Yo tengo la opción de hacer hasta cinco cambios, pero eso no significa que tenga que hacerlos. Soy muy buen entrenador como para decidir lo que tengo que hacer". Guardiola tiró de cierta fanfarronería para justificar su controvertida decisión.
El entrenador del Manchester City siguió dejando titulares y habló sobre sus particulares expectativas para el encuentro: "Mis expectativas no eran altas. No pensé en venir y ganar 0-4 ni por un segundo. El partido que tenemos que jugar es a dos partidos, 180 minutos. No quiero perder 4-3, 4-0 aquí. Tenemos que estar abiertos en Manchester, es lo que va a tocar".
Además, Pep dejó una de sus habituales míticas frases y es que aseguró que su plantilla, esa que está valorada en casi mil millones de euros y que cuenta con galácticos en todos sus puestos, no podía competir contra la del Leipzig por la velocidad de sus futbolistas. De hecho, el plan del City tras ponerse por delante fue intentar asegurar el resultado de 0-1 a través de marear de un lado a otro la pelota en lugar de aprovechar su presencia ofensiva para obtener una renta mayor.
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"En general estoy muy contento. No tenemos un equipo que pueda competir con muchas transiciones. Son mejores que nosotros, son más rápidos, más rápidos, excepto Kyle y Erling. El resto, ese ritmo no lo tenemos. Necesitamos tener el control como en la primera mitad. Tuvimos ocasiones de la nada, nuestras jugadas a balón parado estuvieron cerca de darnos dos o tres goles".
Por último, Pep habló sobre la polémica del partido. El gol de Gvardiol fue muy protestado por los jugadores del Manchester City ya que el central del RB Leipzig podría haber hecho falta antes de anotar. Sin embargo, el tanto subió al marcador. "No lo vi. No lo vi, así que no puedo hablar, pero sé lo que sucede en estas situaciones. Vi a mis jugadores, pero no vi la imagen. Ya estaba revisada".