¿A alguien le queda duda de que Portugal sin Cristiano Ronaldo sería una selección sin apenas futuro en el Mundial? Por si no quedó claro en el partido del debut ante España, contra Marruecos se siguió el mismo guión. Peor incluso, porque los africanos arrinconaron a los europeos de una manera casi alarmante. Esta vez, a Cristiano le acompañó Rui Patricio y solo con el partidazo de ellos dos se entiende que Portugal ganara a Marruecos pese a ser infinitamente inferior. [Así te hemos contado el Portugal 1-0 Marruecos]
Ganaron los lusos y la explicación está en la actuación individual de su portero y su delantero. También, no se debe ocultar, al trabajo de Fernando Santos, que ha formado un conjunto muy compacto que no juega bien, pero que sobrevive a todo lo que le pasa. Y así marcha, con un guión muy parecido al de la Eurocopa que ganó hace dos años.
Cristiano Ronaldo volvió a marcar. Fue en el minuto 4, en un córner en el que se desmarcó y remató de cabeza en boca de gol. Algunos dirán que solo es el mejor goleador y así seguirán negando la realidad del fútbol actual. Cristiano no solo marca, que es lo que mejor hace, sino lidera a un país entero hacía un milagro. Continuamente se ofrece, busca el disparo, empuja a sus compañeros, no se arruga... sin él, Portugal ya estaría eliminada.
Cristiano Ronaldo es Portugal entero. Él es capaz de sacar petróleo de una selección mediana, muy lejos del primer nivel mundial. No es que Portugal sea Irán, no exageremos, tampoco incluso Marruecos, pero es que la actual campeona de Europa (cada vez se hace más milagro esa hazaña) es un equipo muy limitado. Su defensa, especialmente, es una línea autodestructiva. Su partido fue pésimo. Fue un milagro que acabara imbatida.
Este miércoles, Marruecos llegó a encerrar a Portugal en su área durante muchos minutos, especialmente en los primeros de la segunda parte. Un asedio que paró Rui Patricio, la otra figura del partido y casi a la altura de Cristiano porque en los peores momentos de Portugal sacó muy buenas manos, especialmente una a un cabezazo de Belhanda que puede ser por ahora la parada del Mundial. Hubo más, de inicio a fin. Portugal acabó encerrada, agonizando, sufriendo... pero feliz.
La actual campeona de Europa demostró que no da para mucho más que para una buena versión de Cristiano. El 1-0 con el que ganó a Marruecos, además de ser un buen resultado para España (victoria portuguesa por la mínima, importante para la lucha por los goles, que desempatarán, y eliminación de los africanos), fue muy irreal. Si alguien tuvo que ganar fueron los marroquíes, que se despiden de su primer Mundial en 20 años con la cabeza alta. Pero eso no vale para nada.
Portugal sigue viviendo de Cristiano. Máximo goleador internacional europeo (85 goles con Portugal, uno más de los que hizo Puskas con Hungría), ya lleva cuatro goles en el Mundial, uno más que los tres que marcó en los otros tres Mundiales (2006, 2010 y 2014) que disputó. Sigue salvando a un país entero, cada vez más mediocre en lo futbolístico. Ojo, no es un desprecio, tampoco un elogio. Es la simple realidad. Y si así se gana, mejor. Es lo más importante.