La Copa del Mundo de Qatar 2022 arranca en tan solo unos días. Sin embargo, sigue habiendo graves problemas de entendimiento entre los organizadores de la cita por parte de la FIFA y la Familia Real del país que será sede de la competición. El último conflicto ha llegado porque el estado árabe está intentando esconder los puntos en los que ofrecer cerveza en algunos de los estadios en los que se disputará el Mundial.
El problema afecta además directamente a uno de los grandes patrocinadores de la FIFA, la marca de cerveza alemana Budweiser, quien será la encargada de suministrar esta bebida en puntos fácilmente localizables en los diferentes feudos en los que se jugarán los partidos de la Copa del Mundo. A menos de una semana de que el balón eche a rodar, los cambios de última hora promovidos por los poderosos funcionarios qataríes podría traer consigo graves problemas.
El mensaje ha llegado directamente desde las más altas esferas del país qatarí, concretamente, desde la Familia Real, quien tiene previsto declararle la guerra al consumo y a la venta de alcohol en su país durante la celebración de la Copa del Mundo. Todo después de haber aceptado que habría una normalidad total en estas prácticas a pesar de que pudiera chocar con aspectos culturales de la región.
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Ahora, han tomado la decisión de reubicar las carpas y puestos en los que se servirá cerveza de la marca Budweiser en ocho estadios del Mundial. Una repentina demanda que, tal y como informa The New York Times, ha llegado directamente desde la Familia Real del país. Por tanto, esta decisión parece irrevocable a pesar de que ha causado el malestar de la compañía alemana y de la FIFA, de quien es patrocinador principal.
Guerra por la cerveza
La empresa Budweiser ha transmitido su profundo malestar y su desaprobación a estos cambios que no han sido conocidos hasta mismo fin de semana cuando solo restaba una semana para el arranque de la Copa del Mundo. Esta decisión de reorganizar los puntos de suministro de cerveza responde a la preocupación de la Familia Real por el hecho de que se ofrezca demasiado alcohol durante los días que dure el Mundial en el país. Y especialmente en las zonas cercanas a los lugares en los que se disputen los partidos de la gran cita.
Desde la Familia Real temen que esta situación pueda desestabilizar a la población local y que con ello represente un posible problema de seguridad. No hay que olvidar que Qatar es un país musulmán conservador donde el acceso al alcohol está muy controlado. La FIFA estableció la concesión de los derechos de organización a Qatar en diciembre de 2010. Desde entonces se han esforzado encontrar un equilibrio entre la cultura del país y las obligaciones que firmaron para cumplir, las cuales incluyen la venta de alcohol y la provisión de espacio promocional para Budweiser.
Sin embargo, la FIFA nunca ha escondido la preocupación por disgustar o alienar a un grupo nacional que se ha irritado por algunos de los choques culturales inherentes a la organización de un evento en el que la cerveza siempre es protagonista. Algo que podría no ser bien recibido en una nación musulmana.
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El alcohol no está prohibido en Qatar, pero la mayoría de los visitantes solo pueden comprarlo en los bares de los hoteles designados. Durante mucho tiempo, FIFA y las autoridades nacionales han debatido para diseñar un plan para el Mundial antes de decidir que la venta de bebidas alcohólicas estaría permitida dentro de un perímetro de seguridad de las sedes, pero no adentro de los propios estadios.
Sin embargo, estas nuevas restricciones podrían imponer problemas en la relación entre la empresa Budweiser y la FIFA. Budweiser paga unos 75 millones de dólares por asociarse al Mundial de fútbol cada cuatro años. Pero Qatar ha puesto ahora obstáculos inusuales que han generado tensiones continuas entre la empresa y la FIFA por temas que van desde el acuerdo sobre los puntos de venta hasta la negociación de cómo hacer llegar los suministros al país.
El acuerdo firmado entre la cervecera y el máximo organismo del fútbol mundial no solo le otorga la exclusividad de las ventas, sino que también exige a la empresa que proporcione grandes cantidades de cerveza para los socios de la FIFA y los invitados. Una portavoz de Budweiser afirma a The New York Times que están trabajando con el ente que preside Gianni Infantino para "reubicar los puntos de venta de las concesiones en los lugares indicados". Aseguran también que su "atención se centra en ofrecer la mejor experiencia posible al consumidor bajo las nuevas circunstancias".
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Las últimas informaciones aseguran que el origen de esta nueva decisión había nacido de los deseos del jeque Jassim bin Hamad bin Khalifa al-Thani —hermano del emir gobernante de Qatar y el miembro de la realeza más activo en la planificación diaria del torneo— y daban a entender que no era negociable.