Por fin llega el momento que todos los aficionados al deporte rey en el todo el planeta estaban esperando. Todavía con todas las polémicas extradeportivas acaparando el foco, el Mundial levanta el telón y da el pistoletazo de salida a un mes repleto de fútbol con varios partidos al día. Toda una fiesta para los amantes del balompié que irremediablemente estará manchada por la ausencia de los Derechos Humanos, las muertes de los obreros en los estadios y la corrupción en el proceso de la designación.
No obstante, entre tanto fango también comienza a abrirse hueco el fútbol de manera irremediable porque el partido inaugural está a muy pocas horas de celebrarse. El Al Bayt Stadium, con capacidad para unos 60.000 espectadores, será el recinto que acogerá tanto la ceremonia previa como el primer partido del Mundial en el que la anfitriona Qatar se medirá a Ecuador.
Se trata de un encuentro quizás poco atractivo para el espectador medio, aunque tendrá el aliciente de ser el primero de todo el Mundial, y es una gran oportunidad para la selección sudamericana de hacer Historia. Jamás en la trayectoria de los Mundiales, al menos hasta el momento, un equipo que ejercía como anfitrión del torneo llegó a perder en el partido que abría el campeonato. Es decir, que ningún país ha caído hasta la fecha en el encuentro inaugural.
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Cambiar la Historia
Ecuador está decidida a cambiar el rumbo del fútbol y convertirse así en la primera selección que consigue alcanzar este hito. No es algo ni mucho menos descabellado, ya que Qatar, pese a contar con la ventaja de jugar en casa y tener el apoyo de sus aficionados, no es ni mucho menos uno de los equipos más temibles del torneo.
La Tri, como se conoce a Ecuador coloquialmente, dirigida por Gustavo Alfaro tampoco es una de las escuadras punteras pero sí que sueña con poder superar la fase de grupos. Encuadrada con Qatar, Países Bajos y Senegal, parece que el primer puesto está reservado para el conjunto holandés, con muchos más nombres importantes en sus filas, pero se abre una disputa por la segunda plaza en la que ninguna de las otras selecciones se siente más que la otra.
Los sudamericanos tienen una plantilla con pocas estrellas pero sí con algunos nombres reconocidos que le dan empaque al equipo. Pervis Estupiñán tiene amplia experiencia en equipos europeos de nivel, Gonzalo Plata está consolidado en el fútbol español y Enner Valencia es la experiencia personificada. Tiene Ecuador, por lo tanto, argumentos más que suficientes como para pensar en que puede meterle mano a Qatar por mucho que la Historia esté en contra y que se trate de la anfitriona.
Los jugadores qataríes tienen, en su gran mayoría, nula experiencia en el fútbol de gran nivel, si bien es cierto que están extramotivados por el hecho de representar a su país por primera vez en un Mundial y además en casa. Nunca antes el combinado asiático se había metido en una cita de estas características, aunque en esta ocasión tampoco ha sido por motivos puramente deportivos ya que su condición de anfitrión de otorga este privilegio.
Con el país en el punto de mira por lo social, si Ecuador gana a Qatar esto también se tomará en muchos sectores como una nueva victoria contra todo lo que representa el emirato. Es decir, una candidatura conseguida a base de dinero puede reflejar que lo monetario no puede todavía comprar lo puramente deportivo.
Los anfitriones sobreviven
Esto es lo que tratará de hacer Qatar en su primer partido en el Mundial, sobrevivir y no ser la primera selección anfitriona que cae en el partido inaugural de 'su' competición. Aunque de un tiempo a esta parte el país que organiza el evento juega el primer partido, esto no siempre ha sido así y en otas muchas ocasiones era el campeón quien alzaba el telón.
En el primer Mundial de la Historia en 1930, Uruguay no jugó el primer día. Sí que lo hizo Italia en 1934, pero en aquella ocasión se disputaron hasta ocho encuentros en la jornada inaugural. En cualquier caso, los italianos vencieron de forma clara a Estados Unidos para abrir boca. Posteriormente, en 1938 en Francia, los bleus tampoco disputaron el primer envite del campeonato.
Esto sí que sucedió de nuevo en 1950, cuando el Mundial se disputó por primera vez en Brasil. Una de las cunas del fútbol tenía que ser diferente y por eso la canarinha abrió la competición ganando 4-0 a México. En aquella edición los anfitriones consiguieron llegar hasta la final pero fue Uruguay quien consiguió hacerse con el entorchado.
En 1958 de nuevo se le concedió a la selección anfitriona el privilegio de levantar el telón de 'su' Mundial. El combinado de Suecia se enfrentó en el partido inaugural a México y los aztecas cayeron de forma clara por 3-0, así que se alargó la estadística de que los equipos de casa no pierden en el primer choque.
Tuvieron que pasar otros 8 años, hasta 1962 para que la selección organizadora jugara el primer día y la película no cambió lo más mínimo. En Chile, el combinado sudamericano se enfrentó a Suiza y terminó ganándole por 3-1 en el Estadio Nacional para la alegría de todos los aficionados chilenos que abarrotaban las gradas.
Inglaterra en 'su' Mundial de 1966 empató contra Uruguay y México contra la Unión Soviética en 1970, en nuevos ejemplos de anfitriones que no perdieron en los partidos inaugurales. A partir de ahí, se abrió un periodo en el que los campeones jugaban el primer partido hasta que en 2006 se recuperó la anterior costumbre.
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Fue en el Mundial de Alemania y los germanos abrieron esta Copa del Mundo goleando a Costa Rica por 4-2 en un choque de lo más entretenido disputado en Múnich. En el año 2010, de gran recuerdo para España, la anfitriona Sudáfrica empató ante México (1-1), en 2014 Brasil se deshizo de Croacia (3-1) y en 2018 Rusia goleó claramente a Arabia Saudí (5-0).
Las estadísticas, por lo tanto, no mienten hasta este 2022 y los anfitriones que han abierto el Mundial en casa jamás han perdido. Sin embargo, se espera que Qatar y Ecuador protagonicen un encuentro de lo más igualado en el que puede pasar cualquier cosa. Este Mundial es atípico por muchas cosas, quizás pueda ser todavía aún más bizarro.