Mario Ferri es todo un veterano en el 'arte' de invadir un campo de fútbol mientras se está disputando un partido de alto nivel. Lo lleva haciendo más de una década, con irrupciones por ejemplo en tres de los últimos cuatro Mundiales, aunque su acto más valiente tuvo lugar sin duda este pasado lunes en Qatar.
En plena discusión acerca de la falta de Derechos Humanos y de la desprotección del colectivo LGTBI en el país asiático, sede del Mundial 2022, este joven italiano de 35 años de edad volvió a hacer de las suyas. En el encuentro que enfrentaba a Portugal y a Uruguay, correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos, se coló en el terreno de juego de manera inesperada cerca del minuto 50.
Lo hizo con un triple mensaje que dejaba en evidencia parte de todos aquellos asuntos que quiere tapar el régimen qatarí. En primer lugar, portó la bandera de la paz con el lema 'Pace' en italiano, muy similar a la arcoíris de los derechos LGTBI que están tan comprometidos en el emirato. Y por otra parte, en su habitual y ya famosa camiseta de Supermán lucía dos mensajes, uno pidiendo auxilio para Ucrania por el conflicto bélico que azota este país, y otro en el que se podía leer un lema de apoyo a las mujeres en Irán que tantas coacciones están sufriendo.
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Ferri consiguió esquivar en un primer momento la seguridad del estadio para llegar hasta el césped y detener el partido, aunque finalmente fue placado por estos vigilantes y reducido en el suelo. Daba igual, su objetivo estaba conseguido y sus mensajes ya habían quedado ahí para que el mundo entero los recibiera.
Jugador y activista
Este italiano no es ni mucho menos ajeno al mundo del fútbol ya que, de hecho, se dedica profesionalmente a ello. A sus 35 años ya ha jugado en lugares como los Emiratos Árabes, Seychelles, San Marino, India o Italia. De hecho, ha llegado a jugar la fase previa de una competición europea como la Conference League.
Natural de Montesilvano (Pescara), durante años se ha dedicado con sus invasiones de campo a reclamar diferentes derechos o causas sociales. Sin embargo, ha despertado unanimidad en que su acción más valiente la llevó a cabo en el Mundial de Qatar al reivindicar la paz y los derechos de las mujeres iraníes en un régimen que pone tantas limitaciones.
Este jugador de fútbol, hace un tiempo que se dedicó a ayudar a refugiados ucranianos que estaban en problemas por la guerra desatada por Rusia. Durante el pasado mes de marzo, cuando militaba en las filas del United Sports Club de Kolkata, en la Segunda División de la India, la competición paró por un rebrote de Coronavirus y Ferri decidió marcharse a Polonia para realizar una labor humanitaria.
Desde la frontera polaca con Ucrania, durante un tiempo se dedicó a ayudar a familias de refugiados que buscaban asilo. No dudó en poner en juego sus ahorros e incluso estuvo diez días sin pisar una ducha porque dormía en un coche. Sin embargo, la experiencia fue para él muy reconfortante al ver que podía ayudar a otras personas sin pedir nada a cambio.
Sus otras hazañas
Hace ya tiempo que Mario Ferri empezó a invadir campos de fútbol ataviado con su camiseta de Supermán. Esta prenda azul con la 'S' característica de este superhéroe al frente ha ido cambiado de mensajes según el lugar y el contexto sociopolítico en el que se movía.
Su experiencia en los Mundiales de fútbol es ya más alargada que la de algunos futbolistas de primer nivel. Con su última aparición en Qatar, Ferri ha sido protagonista ya en tres Copas del Mundo. Su primer salto a un césped mundialista fue en Sudáfrica, además en un partido que jugaba España, después repitió en Brasil 2014 y ahora lo ha vuelto a hacer en Qatar 2022.
En 2010 irrumpió nada más y nada menos que en las semifinales en las que se enfrentaban España y Alemania. Aquel partido, que terminó con la victoria de los de Vicente del Bosque gracias al gol de Puyol, se vio brevemente detenido por la entrada de este espontáneo. Su lema en aquella ocasión, 'Paz en el mundo'.
En el siguiente Mundial, en Brasil 2014, de nuevo volvió a hacer acto de presencia. En un encuentro que enfrentaba a Bélgica y a Estados Unidos, Mario Ferri logró una posición privilegiada en el estadio al hacerse pasar por un discapacitado. Entonces, abandonó su silla de ruedas y saltó al campo con su camiseta de Supermán donde se leía 'Salvad a los niños de las favelas'.
Ahora, su última aparición estelar se ha dado en Qatar. De hecho, a lo largo de todo el día en sus redes sociales fue colgando vídeos en los que advertía de su presencia en el partido entre Portugal y Uruguay. "Estoy impaciente", decía por ver jugar a su ídolo, Cristiano Ronaldo. Ferri incluso llegó a subir material desde dentro del estadio en los instantes previos a saltar al césped.
Mario Ferri tiene una larga trayectoria de invasiones de campo en otros grandes eventos. Por ejemplo, en la final de la Champions League de 2011 que enfrentaba al FC Barcelona y al Manchester United, saltó al campo y llegó a ponerle una bufanda del AC Milan a Leo Messi. En otro choque amistoso entre Italia y los Países Bajos también apareció en 2009, o en la final de la Mundial de Clubes que se jugó en 2011 entre el Inter y el Mazembe. Un amplio historial para el 'Halcón', como así se le apoda.
Un Mundial bajo lupa
Mario Ferri ha conseguido un hito que incluso varias selecciones no han logrado en este Mundial de Qatar. El espontáneo lució una bandera de la paz y reivindicó una serie de derechos, algo que muchos equipos querían hacer a través del brazalete arcoíris, pero la negativa de la FIFA fue clara. El primer país en hacerlo iba a ser Inglaterra, pero fueron recibiendo el aviso por parte de la FIFA de que serían duramente castigados.
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Así, los equipos que tenían pensado lucir el brazalete 'OneLove' se vieron coartados por la FIFA, que incluso llegó a amenazar con mostrar una cartulina amarilla en el primer minuto de partido a quien lo portara. Eso, además de unas multas económicas que las Federaciones sí que estaban dispuestas a asumir.
Todo ello levantó muchas voces críticas y reacciones contrarias. Por ejemplo, Nancy Faeser, la ministra del Interior de Alemania, apareció en el primer partido de la selección germana con el brazalete arcoíris al lado de Infantino, el presidente de la FIFA, en el palco. Hansi Flick, el seleccionador germano, afirmó que "es una pena que ya no se puedan defender los Derechos Humanos".