Mirar la plantilla de Portugal es sinónimo de talento, de estrellas y de gol. Un equipo que tiene a Cristiano Ronaldo a la cabeza con Bruno Fernandes, Bernardo Silva o Joao Félix debería ser candidato a todo. Sin embargo, si se mira el histórico del conjunto luso, es entendible saber por qué haber llegado hasta los cuartos de final en el Mundial de Qatar ya podría considerarse un éxito.
Portugal lleva 16 años sin clasificarse para esta ronda o sin llegar tan lejos en una Copa del Mundo. Su última gran aparición fue en Alemania 2006 cuando fueron cuartos tras caer en semifinales con Francia y en la final de consolación contra la anfitriona. Era precisamente el primer Mundial de Cristiano Ronaldo. Ahora va por el quinto, aunque seguramente esté siendo el de su recuerdo más amargo en lo individual.
La selección lusa es un equipo que no se suele adaptar bien a este tipo de competiciones. Desde el año 1970 hasta el 2002 estuvieron sin superar la fase de grupos. Y antes, su mejor resultado fue un tercer puesto logrado en 1966. Ahora tienen por delante la oportunidad de colarse entre las cuatro mejores del planeta si superan a Marruecos. Y para ello, todo el país confía en el hombre que, desde el banquillo, ha conseguido cambiar su historia.
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Se trata de Fernando Santos. El técnico, quien no era muy conocido para el público en general hasta tomar las riendas de Portugal, persigue un reto en Qatar. Este será, con casi total seguridad, su último campeonato al frente de la selección. Pero quiere unir, a los títulos de Eurocopa y de la UEFA Nations League, la Copa del Mundo, para cerrar así la triple corona. Aunque tendrá que afrontar esta complicada misión en mitad de una guerra con quien hasta ahora era su gran protegido: Cristiano Ronaldo.
Una guerra y un reto
Cristiano Ronaldo y Fernando Santos han copado la actualidad de Portugal desde que arrancó la concentración del equipo luso. La primera cuestión fue el futuro de 'CR7', ya que el Manchester United no dudó en hacer pública la ruptura con el jugador, quien quedaría libre después del Mundial. En ese momento se empezó a hablar más de Arabia Saudí que de los posibles tantos del delantero y eso no gustó nada a Fernando Santos.
Ahí se empezó a torcer una relación que hasta ahora parecía indestructible. No obstante, las cosas en el terreno de juego iban bien ya que Portugal consiguió vencer a Ghana y a Uruguay. Con ello, obtenía el pase a octavos de final. Sin embargo, llegó el duelo ante Corea del Sur, un partido que parecía intrascendente, pero que lo cambió todo.
Cristiano se empeñó en jugar contra el equipo que parecía ser el más débil del grupo. Sin embargo, Fernando Santos le retiró del campo en el minuto 65 cuando todavía no había visto puerta y con empate en el marcador. Al portugués no le hizo nada de gracia esa decisión ya que quería su segundo gol en el campeonato. Exteriorizó su descontento sobre el terreno de juego mandándole un recado a su entrenador, asegurando que había tenido mucha prisa por quitarle. Y estalló la bomba.
Las preguntas hacia el seleccionador eran obligadas y este no se mordió la lengua. Señaló públicamente a Cristiano Ronaldo asegurando que no le habían gustado ni esas palabras ni esas formas y que el gesto tendría consecuencias. Hubo charla con la estrella del equipo, pero también castigo. 'CR7' fue suplente contra Suiza y Portugal voló sin el astro en el césped. Un 6-1 del que él solo participó 15 minutos sin ver portería.
Ronaldo saltó a calentar justo después del descanso, pero Fernando Santos decidió tensar la cuerda. Y mientras todo el estadio coreaba el nombre del astro pidiendo al técnico que lo sacara con el partido ya resuelto, el entrenador siguió apurando el momento mientras la estrella maldecía desde el banquillo. Lejos de solucionar la cuestión, el partido contra los helvéticos manifestó la ruptura entre ambos.
El asunto ha ido coleando a medida que avanzaba el Mundial. Mensajes desde el entorno de Cristiano, publicaciones en redes sociales del portugués y la salida a la luz de una charla entre entrenador y jugador para seguir haciendo más grande el problema. Incluso se ha llegado a afirmar que Cristiano se planteó abandonar la concentración, algo que por otro lado la federación lusa ha desmentido.
Lo que es una realidad es que la relación entre Santos y Cristiano está rota. Y que eso está afectando a un vestuario que no sabe hacia donde tirar para evitar que todo salte por los aires. La situación es especialmente grave, ya que la selección era el último reducto de paz y confianza que le quedaba a 'CR7'. Allí se refugiaba cuando ni en la Juventus ni en el Manchester United le iba bien. Y después de la batalla con Ten Hag que ha terminado con su salida de Old Trafford, encontrarse un incendio también en Portugal es algo que ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado.
Ahora, ambos se encuentran ante el reto de olvidar sus diferencias para intentar luchar por la triple corona. Ya ganaron Eurocopa y UEFA Nations League juntos. Y sueñan con el Mundial, el cual sería el mayor premio para ambos. Habrá que ver si Ronaldo vuelve a la titularidad contra Marruecos, pero lo cierto es que están a solo tres partidos de tocar la gloria. Aguantar una semana larga a cambio del cielo.
Un ingeniero 'Rey de Grecia'
Fernando Santos, a sus 68 años, está en la recta final de su carrera deportiva. De hecho, habrá que ver si tras su salida de la selección portuguesa no decide poner el punto y final a su trayectoria deportiva. El lisboeta no ha conseguido ser uno de los nombres más reconocibles a nivel de clubes, ya que la mayor parte de su trayectoria la ha pasado entre Portugal y Grecia. Sin embargo, con la selección ha tocado el cielo.
Llegó en septiembre del año 2014 como sustituto de Paulo Bento, quien ha disputado este Mundial en el banquillo de Corea del Sur. Desde entonces, se ha convertido en el seleccionador con más victorias en la historia del país y ha sumado los dos únicos títulos de sus vitrinas. La Eurocopa del 2016 y la UEFA Nations League del 2019. Ambas de la mano de Ronaldo. Por eso, ahora es tan importante que ambos dejen a un lado sus diferencias para intentar luchar por la triple corona antes de separar definitivamente sus caminos.
Santos inició su carrera en el fútbol como jugador, pero nunca llegó a la destacar en la élite. Por ello, se pasó rápido a los banquillos a la par que avanzaba en los estudios. Tal y como le habían dicho sus padres, no dejó los libros por la pelota y compaginó su pasión con una carrera de ingeniería electrónica que consiguió culminar con éxito. Ya en los banquillos, dio sus primeros pasos en el Estoril, donde había militado como jugador.
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Después pasó al Estrela de Amadora antes de dar el primer salto a un grande, el Oporto. En esa primera etapa ganó una Liga, dos Copas y dos Supercopas. Esos éxitos le sirvieron para llamar la atención del fútbol griego, donde tuvo varias aventuras. Primero pasó por el AEK, donde ganó una Copa, y después por el Panathinaikos antes de regresar a su país. Tras esta primera etapa, comenzó una fase de cambios entre ambos estados con pasos por el Sporting de Portugal, AEK de nuevo, Benfica y PAOK de Salónica.
Su legado en Grecia fue tan importante que en el año 2010 tomó las riendas de la selección nacional, cargo en el que estuvo hasta que aceptó la llamada de Portugal. Durante su periplo por tierras helenas fue nombrado mejor entrenador del país en cuatro temporadas. Y en el año 2010, le concedieron el premio al mejor entrenador de la década. Así es que como este ingeniero electrónico que hoy lucha por el Mundial se convirtió en una auténtica leyenda lejos de su propia casa, encontrando en Grecia un segundo hogar.