El Mundial de Qatar lleva en el punto de mira por motivos extradeportivos desde el momento de su designación hace más de diez años. La manera en la que el país salió elegido como sede, la falta de Derechos Humanos en el país o la muerte de miles de trabajadores en la construcción de los estadios, pusieron desde el primer momento la duda bajo la organización.
Unas suspicacias que se vieron multiplicadas en los primeros días de competición oficial. En las calles se pudieron ver lo que se han llegado a llamar 'falsos aficionados' protagonizando unas extrañas procesiones. Grandes grupos de personas se ataviaron con banderas, camisetas y todo tipo de prendas de diferentes países como Argentina, Brasil o España y se hicieron pasar como aficionados de aquellas selecciones.
Pronto los vídeos circularon por las redes sociales y levantaron las críticas e incluso los mensajes que dejaban en ridículo esta iniciativa. Parecía que desde la organización se pretendía crear un ambiente artificial, especialmente en los días previos, en un país con una escasa tradición futbolística.
La compra de afición
Sin embargo, esta práctica no es algo nuevo en Qatar ya que basta con echar la vista unos siete años atrás para encontrar una situación similar e incluso más descarada. En el 2015, el país asiático acogió el Mundial de balonmano, una designación que también causó cierta sorpresa en el mundillo de este deporte.
La afición al balonmano en el Emirato es prácticamente nula, pero aún así presentó candidatura para albergar el mayor evento en torno a este juego y salió ganador, por lo que las selecciones participantes se citaron en el mismo lugar donde ahora se desarrolla el Mundial de fútbol.
La organización temía que los pabellones estuvieran semivacíos y presentaran un pobre ambiente para una cita de este tipo, así que decidió poner en marcha una alternativa que levantó mucho revuelto. 'Compró' aficionados. Decidió pagar y también abonar los gastos de viaje y estancia a varios hinchas del balonmano de otros países para ir a apoyar a la selección de Qatar en cada partido y así dar colorido a las gradas.
De hecho, un grupo de españoles que se apodaron 'Los mercenarios' acudieron a Qatar para animar al combinado asiático en los partidos. No fue algo secreto, sino más bien todo lo contrario ya que incluso estos aficionados llegaron a crearse un blog en el que subían fotografías y contaban día a día cómo iba siendo su experiencia en el país asiático. En aquel Campeonato del Mundo, la selección qatarí llegó a la final del torneo y terminó siendo subcampeona, tan solo por detrás de Francia, la gran favorita.
En el presente Mundial de fútbol no solo se ha criticado a estos aficionados irreales que buscaban hacer algo similar, dar colorido en los días de Mundial. La polémica también se desató por la escasa afluencia a los estadios, la desbandada de aficionados locales en el tiempo de descanso, la apertura de puertas en el intermedio y las cifras de asistencia infladas.