Éxtasis generalizado en toda Argentina, más en concreto en su capital. Buenos Aires no ha dejado de ser una fiesta desde que el domingo la selección de Leo Messi ganara el Mundial de fútbol. Los festejos se concentran especialmente en el Obelisco, uno de los mayores puntos más turísticos de la ciudad.

Igual que ocurrió de la noche del domingo al lunes, esta madrugada se produjo una gran concentración de aficionados a su alrededor. Un elevado número de personas siguió celebrando el éxito de su selección, a pesar de que los jugadores y el cuerpo técnico no ofrecerán el título por las calles hasta el mediodía de este martes.

Tanta fiesta ha dejado alguna que otra imagen peligrosa, pero ninguna tanto como la ocurrida en la cima del propio Obelisco. Un aficionado subió a la zona de más arriba del monumento y trepó por la parte exterior de su punta. Puso su vida en juego a 68 metros del suelo.

Las cámaras de televisión grabaron el momento desde un helicóptero. Se ve al aficionado salir por uno de los ventanales que tiene el Obelisco en su punta. Con un ligero margen para apoyar sus pies, el hombre se tomó varias fotos a pesar de correr el riesgo de sufrir una caída fatal.

Al interior del Obelisco accedieron más de 80 personas, mientras en el suelo miles de aficionados continuaban con la celebración. 

El Gobierno de Argentina decretó que este martes sea día festivo laboral para recibir a la selección argentina de fútbol.

La medida fue dispuesta ante el aluvión de personas que se espera en Buenos Aires para recibir a la 'Scaloneta', que llegó con la Copa del Mundo en la madrugada de este martes, en un vuelo procedente de Catar que hizo una escala técnica en Roma.

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Según lo previsto, el equipo capitaneado por Leo Messi pasa la noche en el predio que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tiene en la localidad bonaerense de Ezeiza, muy cerca del principal aeropuerto de Argentina y en donde aterrizó el avión que llevó al equipo campeón.

La Albiceleste protagonizará una caravana que desde el mediodía de este martes unirá Ezeiza con el Obelisco, en pleno centro de Buenos Aires y epicentro de los festejos en el país sudamericano.

Este domingo, desde antes de conocerse el resultado en la final que enfrentó a Argentina contra Francia, miles de aficionados fueron concentrándose en uno de los puntos más turísticos de la capital argentina, un festejo que explotó a partir del último lanzamiento anotado por Gonzalo Montiel (4-2) en la tanda de penaltis.

La Albiceleste obtuvo su tercer título mundial, después de los de Argentina 1978 y México 1986, en la sexta final disputada en su historia, que incluyó las derrotas en Uruguay 1930, Italia 1990 y Brasil 2014.