Leo Messi ya ha tocado el cielo. Qatar ha sido el lugar donde se han cumplido todos sus sueños más deseados. El argentino besaba la Copa del Mundo y la abrazaba con fuerza mientras Gianni Infantino y el Emir se la entregaban dejando una de las imágenes más polémicas de todo el Mundial: el '10' levantaba el título al cielo del Lusail Stadium con el tradicional bisht, esa túnica negra típica del país organizador, sobre sus hombros.
Ese momento era la coronación de una lucha titánica que se ha alargado durante los últimos 16 años. Leo hizo su debut en Alemania 2006 y ha estado peleando por consagrarse campeón con la 'Albiceleste' durante cinco ediciones hasta que por fin, tras un torneo magnífico en lo individual, ha conseguido guiar a sus compañeros al éxito dorado.
Ahora, Leo ya ha podido abandonar tierras qataríes para llegar hasta Buenos Aires donde ha festejado, de manera caótica, el título con millones y millones de argentinos que han querido desplazarse hasta colapsar las calles de la capital para recibir a sus héroes al grito del ya viral cántico "¡muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar!". Una letra que ya ha sido actualizada para incluir la tercera estrella que Argentina ya tiene bordada sobre el escudo de la AFA.
Sin embargo, ahora Messi afronta un nuevo reto, el de ir dando los pasos que definan su futuro tanto a nivel de club como a nivel de selección. Termina contrato este verano con el PSG tras cumplir dos años en la Ligue-1, pero tiene en la mesa una oferta de renovación. Mientras tanto, la MLS y Miami llaman con fuerza a su puerta, aunque el Barça se resiste a romper definitivamente el sueño de su regreso. Y en el horizonte, aparece el objetivo de llegar hasta la Copa América de 2024 vestido de albiceleste.
Conversación pendiente con el PSG
El futuro más inmediato de Leo Messi, una vez concluya todas las celebraciones tras proclamarse campeón del mundo con Argentina y disfrute de unas breves y merecidas vacaciones, será retomar su temporada con el PSG. Los galos tienen encaminado el título de la Ligue-1 ya que son líderes en solitario y aventajan en 5 puntos al Lens después de encadenar 15 partidos sin conocer la derrota con 13 victorias y 2 empates.
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Su mayor reto, un año más, será intentar pelear por la Champions, esa que se resiste desde que la inversión de Qatar aterrizó en el Parque de los Príncipes, un estadio que ahora se plantean abandonar. Ese título puede marcar el futuro de muchos jugadores dentro del proyecto franco-qatarí. Y entre ellos el de Leo Messi, quien termina contrato con el club galo en el mes de junio del 2023.
El futbolista argentino no tiene ahora mismo decidido qué va a suceder con su futuro. Quiere terminar el año con el PSG y, por el camino, tomar una decisión clave. Mientras la posibilidad de regresar al Barça se encuentra en una situación muy complicada, el '10' se debate entre seguir un curso más en París o buscar una nueva aventura. De momento, tiene una oferta de renovación encima de la mesa, ya que tras firmar dos años en la capital gala se incluyó un curso más de manera opcional.
Una de las primeras cosas que tendrá que hacer Leo cuando regrese a la ciudad de la luz será sentarse a hablar con Nasser Al-Khelaifi, con quien ha podido coincidir durante la celebración de la Copa del Mundo. El propio presidente del PSG y mano derecha del Emir de Qatar aseguró que no quiere presionar a su estrella y que será a su regreso y con calma cuando aborden el asunto: "No quiero añadir más sobre Leo, tenemos un acuerdo para hablar después del Mundial".
Efectivamente, PSG y Messi se sentarán a hablar y es que es la primera vez desde que llegó que Leo se plantea dejar el equipo. A pesar de que ahora está mucho más asentado en el fútbol galo y en el vestuario, sabe que a sus 35 años no le quedan muchas oportunidades de seguir teniendo nuevas experiencias. Y si gana la Champions, cerraría el círculo y cumpliría el objetivo para el que fue fichado tras dejar el FC Barcelona.
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En ese momento, Messi volvería al mercado y por segunda vez lo haría libre. Entonces, se abriría una rendija para ese comentado retorno al Barça. Con todo hecho en París y con un Barça que podría terminar otro año en blanco, la Champions seguro que no la peleará, la vuelta de Messi podría la única baza de Joan Laporta para seguir contando con credibilidad en el trono culé. El regreso de Leo con su octavo Balón de Oro bajo el brazo tras ganar Mundial y Champions sería soñado.
Aunque en el Barça se resisten a afrontar su realidad y prefieren agarrarse al 1% de posibilidades que tendrían de ficharlo, la situación económica que atraviesa el club, ya sin palancas a la vista, convierte en una quimera una operación que involucra a uno de los jugadores mejor pagados del mundo y que ya se fue, precisamente, porque no podían asumir sus astronómicos emolumentos. Si llegara el caso de que Messi decide abandonar el PSG y sin el Barça en la ecuación, todos los caminos le conducirían a Estados Unidos.
La llamada de EEUU
Estados Unidos quiere ser a Leo Messi lo que Qatar ha sido para Mbappé. El club que posee el PSG no solo ha utilizado al jugador deportivamente, sino que también le ha convertido en la imagen del reciente Mundial y quiere involucrarle, de manera conjunta, en los Juegos Olímpicos de París de 2024 y en los hipotéticos de Doha 2036 en caso de conseguirlos.
Ahora, desde el otro lado del Atlántico estudian una doble, o incluso triple, jugada con Messi. La primera tiene que ver con su futuro a nivel de clubes. Si Leo no decide aceptar ese año más que le ofrecen en París, su destino más probable, incluso por encima de Barcelona, sería el Inter Miami de David Beckham. El exjugador de Real Madrid y Manchester United entre otros quiere llevar a su club a lo más alto y está planeando varios fichajes de relumbrón.
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Todos esos caminos de contrataciones llevan a traer a jugadores que tienen una gran relación con Leo Messi. Uno de los nombres que está sobre la mesa es el de Sergio Busquets. También estuvo el de Luis Suárez, pero el uruguayo lo tiene hecho con Los Ángeles Galaxy. Parece esta una buena forma de convencer al argentino de aterrizar en Florida.
Además, Messi tiene un fuerte vínculo con el estado y con la ciudad. Posee allí una residencia de lujo, es un lugar que frecuenta en sus vacaciones y además tiene varios negocios en marcha. Por si fuera poco, siempre ha comentado que le gustaría pasar allí alguna parte de su vida y, especialmente, la recta final de su carrera deportiva. Por ello, tanto Miami como la MLS le abren las puertas de par en par. Lógicamente, la única pega sería decidir si es demasiado pronto para bajarse del máximo nivel competitivo. Por ello, no es descartable que Messi acepte el año extra que le ofrece el PSG y, después, ejecute el plan yankee.
Sin embargo, esta no es la única vía que une el futuro de Messi con Estados Unidos. El país que preside Joe Biden se encuentra en trámites para intentar ser la sede de la próxima Copa América, la que se celebrará en 2024. México también se encuentra en esa pelea. Pero EEUU quiere contar con la figura del '10' como reclamo y si ya formara parte de la MLS, o estuviera a punto de hacerlo, sería la ocasión perfecta para convertirle en el nuevo icono del país y de la competición. No hay mejor embajador posible.
Además, Messi ya afirmó tras levantar la Copa del Mundo que no quiere dejar aún la selección: "Disfruto mucho estar en la selección y con este grupo, quiero seguir viviendo unos partidos más siendo campeón del mundo". El próximo gran evento que tiene el rosarino por delante es esa Copa América, ya que para el próximo Mundial, el de 2026, él mismo fue quien se descartó casi al 100%: "Seguramente, sea mi último partido en un Mundial, no creo que me dé para otro", decía antes de la final. Llegaría con 39 años.
Para terminar de cerrar el sueño americano, el próximo Mundial tendrá como gran sede a Estados Unidos, además de México y Canadá. Si Leo pasa por la MLS y acepta ser uno de los reclamos de la próxima Copa América, será un hecho natural convertirse en la gran imagen de la Copa del Mundo y en el icono que EEUU siempre deseó. Por ello, Messi, tras sus vacaciones, necesita empezar a aclarar su futuro.