La derrota más contundente que se le recuerda a este Barcelona que ha ganado todo se remonta al 14 de agosto de 2015. En San Mamés, el Athletic le endosó un 4-0 que, a pesar de la poca relevancia del torneo, quitó de sopetón el sueño de los azulgranas de conquistar otro sextete. Justo un año después, el mismo día, el Barça se reencuentra con la Supercopa. También a domicilio, buscando espantar fantasmas.
Si hay un torneo que si se pierde se minimiza y si se gana, se cuenta para todos los cálculos, es esta Supercopa. Es más un partido de preparación de la temporada que ya acecha que un título soñado. Con un formato anticuado, que la quita la emoción de las finales a 90 minutos, sirve para exhibirla en las vitrinas pero no para lamentarse si no vences. Este año les toca al Sevilla y Barcelona (22:00 horas).
Messi y Suárez al frente del Barça
El Barça es, a día de hoy, una incógnita. El Sánchez Pizjuán será un buen escenario para juzgar cómo empiezan los de Luis Enrique, con el recuerdo del 4-0 de San Mamés de hace un año que les dejó sin el sextete soñado. Vienen de ser goleados en pretemporada por el Liverpool y dejando muchas dudas en defensa, que les dieron también un susto en el Gamper.
A diferencia del Sevilla, el Barça sí sigue con el mismo bloque que la temporada pasada y va con todo a la capital andaluza, con Messi y Suárez al frente. Sólo habrá cambios puntuales y obligados. No está Neymar y el acompañante de Messi y Suárez será Arda Turan, salvo que Luis Enrique sorprenda con Munir, al que ya se busca destino y más si viene el delantero buscado, sonando ahora Paco Alcácer. La novedad puede ser Digne en el lateral izquierdo.
Los azulgranas vuelven a comenzar su temporada desde bien pronto. En los ocho últimos años, ha estado en la Supercopa siete veces. Solo en 2014 faltó, cuando el Madrid ganó la Copa y el Atlético la Liga. Ese dominio se tradujo en cuatro victorias, pero también con derrotas que marcaron como la de la temporada pasada ante el Athletic o la de 2012 ante el Real Madrid.
Otra resaca a juzgar del Sevilla
Al Sevilla le llega el duelo contra el Barça como la última vez, con resaca europea. En mayo se presentó en la final de Copa cuatro días después de jugar la final de la Europa League. Ahora, son cinco los días que le separan de la Supercopa europea de la española. Es lo que tiene ganar cosas, que el calendario se aprieta.
Clasificados por haber mismo campeón de Liga y Copa, los andaluces buscan completar las buenas sensaciones que dejaron en Noruega. Allí perdieron en la prórroga ante el Madrid pero dejaron las primeras pinceladas del proyecto de Sampaoli, que sigue recomponiendo todo tras la salida de Emery: aguerrido, serio, más táctico, tocando bien el balón cuando le dejan hacerlo y físicamente aptos.
Volverá a ser casi todo nuevo en el Sevilla, con más de medio equipo que llegó a la final de Copa fuera. Además, los que quedaban como Carriço y 'Kolo', están sancionados y solo repetirán cuatro de los que estuvieron en el Calderón: Sergio Rico, Mariano, Escudero y Vitolo. De Gameiro hará Vietto y de Coke, Franco Vázquez, que maravilló el pasado martes. La duda es Pareja, lo que dejaría la defensa de Sampaoli en cuadro.
Único país con Supercopa a ida y vuelta
España vuelve a ser el único país que pone su Supercopa a dos partidos. En un calendario tan apretado, que acaba tan tarde y arranca tan pronto, la Federación sigue aferrada a la idea de ida y vuelta, con el segundo partido en casa del campeón de Liga. Algo que ya es una anomalía en Europa pero que aquí se repite desde que se creó, en 1982.
Todos los países futbolísticamente poderosos abandonaron hace años el doble partido en sus Supercopas. En Inglaterra, con sede fija en Wembley, siempre fue a un partido. En Alemania, también. Lo mismo ocurre en Portugal, aunque en el país luso la fórmula de la final a único partido se hace desde 2001.
En Francia e Italia también es a partido único, pero aquí sí que hubo cambios en los últimos años. Por motivos de publicidad y con el fin de expandir su fútbol decidieron que la Supercopa se disputara fuera del país. La francesa lleva así desde 2009, habiéndose celebrado en lugares tan diferentes como Montreal, Túnez, Libreville (Gabón) o Pekín. Lo mismo ocurre en Italia, que en 2014 se fue a Qatar, en 2015 a Shanghai y este 2016 a Abu Dhabi.
Esta fórmula, la de llevar la Supercopa fuera, es la que también firmó la Federación española. En 2013 se anunció que el torneo pasaría a ser a partido único pero en Pekín, en el estadio que albergó los Juegos Olímpicos de 2008. Real Madrid y Barcelona, que se enfrentaban ese año y casi fijo en las Supercopas, lo vetaron. Su poder llevó a anular el acuerdo.
Cosas del destino. Barcelona y Sevilla cerraron la temporada en España en mayo y la abren ahora en agosto. También hace un año se enfrentaron en este mes, esta vez en la Supercopa de Europa. A una semana del comienzo de Liga, dos partidos ahora pueden también servir de rodaje. El primero, en el Pizjuán. La vuelta, el miércoles (23:00) en el Camp Nou.