El día que en Rosario nació Leo Messi era miércoles, 24 de junio de 1987, y los jugadores de la Club Deportivo Leganés –que nada sabían de ese advenimiento– descansaban tranquilos porque acababan de dejar atrás, por fin, la Tercera División.
El terreno de juego no era todavía el Municipal de Butarque, que tronará este sábado cuando salte al césped el FC Barcelona, sino un humilde campo situado en el terreno donde hoy se levantan la Plaza Mayor y el Ayuntamiento. Seguramente tampoco habría por aquellos días banderas en los balcones y en las cafeterías, como las que hoy se pueden contemplar paseando desde la Universidad Carlos III hasta la Casa Consistorial.
Faltan pocos minutos para el Pleno Municipal y, sin embargo, en el despacho de Santiago Llorente, alcalde de Leganés, es inevitable conversar sobre la pelota. El Lega ha jugado en un par de ocasiones contra el Real Madrid en Copa del Rey, pero el sábado es el gran día, y en Primera División. “Leganés es una ciudad volcada para el deporte. Cuando vimos la posibilidad del ascenso todo se comenzó a vivir con mucha intensidad. Luego llegó la explosión de alegría. Ahora muchos leganenses son más del Lega que del Real Madrid o el Atlético de Madrid. El orgullo está desbordado. Ver aquí a Messi ilusiona a todo el mundo”.
El Alcalde mejor que nadie es consciente de la vital importancia de tener al equipo en Primera, y mantenerlo. “Iba a reuniones con otros alcaldes y veía que para todas las ciudades de España era un objetivo tener al equipo de fútbol en Primera. Para Tarragona, por ejemplo, el hecho de no ascender fue un drama. Incluso los grandes empresarios de la ciudad estaban volcados. En Oviedo pasaba lo mismo. Uno se da cuenta que esto tiene unas dimensiones increíbles”.
El Club Deportivo Leganés, aunque la visita del F.C. Barcelona lo sepulte todo, nació seis décadas antes que Messi –oficialmente en 1928–, y nadie mejor que Juan Alonso Resalt, Cronista Oficial de la Villa –¿puede haber profesión más romántica?–, para rememorar aquella etapa. Caminando por la Plaza Mayor, y analizando fotos antiguas del campo de fútbol, lo explica para EL ESPAÑOL.
“A mediados de los años veinte, siete u ocho amigos, entre ellos Félix Pérez de la Serna, comienzan a juntarse para jugar partidos. Jugaban en campos del regimiento, contra los soldados, que había miles. Juegan los fines de semana, y poco a poco empiezan a federarse. Una vez que aquello se empieza a quedar pequeño, trasladan el campo a la Plaza de Roma. Pero según van ascendiendo de categoría se dan cuenta de que necesitan un espacio mucho mayor. El pueblo terminaba aquí, en la actual Plaza Mayor, que era el Olivar de las Monjas, junto a la tapia del antiguo Manicomio de Santa Isabel y la Guardia Civil. Solicitaron a las monjas la cesión de este espacio”.
Ayuda institucional
La visita de este periódico a la Alcaldía de Leganés no es casualidad. Para municipios como este, la ayuda institucional se vuelve fundamental en gran parte de las ocasiones. Y siempre es un tema estrella en muchos debates. ¿Tiene obligación un Ayuntamiento de echar una mano, o incluso salvar, a los clubes más significativos de la ciudad?
“El apoyo municipal al fútbol es la cesión del estadio, el pago de los gastos y un aporte de 300.000 euros, sobre todo para el deporte base”, reconoce el alcalde. “Cuando el equipo estaba en 2ªB, el presupuesto del Lega era de 400.000 euros, de los cuales 300.000€ eran del ayuntamiento, el 75%. Cuando ascendieron a 2ª su presupuesto era de 4.000.000€, y nosotros seguíamos con los 300.000€. Ahora en Primera el presupuesto estará entre los 40 y los 45 millones de euros, nosotros mantenemos el mismo apoyo. No para la primera plantilla, sino para las categorías inferiores, que son nuestro objetivo”.
No se plantean aumentar ese apoyo municipal, aunque las cosas vayan viento en popa en Primera División. Pero en Leganés siempre tienen plan B. Igual o mayor importancia que la económica ha tenido a lo largo de los años la aparición casi divinas de trabajadores todoterreno que se tatuaron los colores del Leganés en el brazo, como cualquier amor de madre.
Luis Ángel Duque
El ejemplo, el modelo, el gran emblema del Club Deportivo Leganés, el hombre que lo modernizó y lo colocó en decenas de reportajes televisivos, es Luis Ángel Duque. Un entrenador que vale oro. Y que si tiene que quedarse con un momento de la primera época gloriosa del Lega, tiene claro dónde detener el reloj: “El partido del primer ascenso a Segunda División, el 3-0 al Elche, 27 de junio de 1993. En realidad, toda esa temporada en la que fuimos campeones de grupo. Ahora es otro nivel, pero el primer ascenso es como el primer beso: nunca se olvida”.
A raíz de entonces, con Luis Ángel Duque al frente, la magnitud del asunto ya no es ninguna broma. “En el campo Luis Rodríguez de Miguel ya no se podía ni aparcar”, recuerda Resalt, el Cronista Oficial de la Villa, remarcando un dato importante, que fue creciendo como crecía el fútbol: “Durante los años 70 y 80, la ciudad pasó de tener 20.000 habitantes a 200.000, con la llegada de muchos extremeños, andaluces y castellano-manchegos”. El Alcalde, Santiago Llorente, también echa la vista atrás con nostalgia hacia aquella época inolvidable: “Cuando se produce este primer ascenso a 2ª, se vio que el estadio no tenía posibilidad de ampliación, estaba rodeado de viviendas. En ese momento el ayuntamiento decidió construir el Estadio de Butarque”.
Félix Pérez de la Serna, aquel joven y famoso confitero que según todas las versiones fundó el club, falleció en 1995, sin llegar a conocer Butarque pero con el equipo en Segunda, después del mítico ascenso. Con los deberes hechos y con el carnet del socio número uno. Los jóvenes saborean estos días la hornada del confitero, el sudor derramado en las primeras pachangas contra los soldados. Disfrutan ahora del esfuerzo de los que mantuvieron el escudo en la dureza de la posguerra, los partidos contra los pueblos vecinos, antes de ser toda una ciudad, en categorías donde las gradas son cinco filas y les conoces a todos. Mucho antes del primer beso.
Entonces Messi llegó a la Tierra. El Leganés, que venía de Tercera División, no tuvo más remedio que ponerse las pilas, seguir escalando categorías, construir un estadio nuevo y emprender una odisea que este sábado, 17 de septiembre de 2016, culmina frente a uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol. Como dice su propia campaña de marketing: 'Que sea lo que Dios quiera'.